En la profesión dental como todo en la vida debemos tener un principio de moral aplicada como preceptos para actuar conforme a la sociedad en que vivimos.
Claro dependiente a lo que debe ser, a las buenas costumbres y todos los principios que se nos inculcan en nuestro hogar desde la niñez, que es el punto de partida para vivir en armonía y responder a las exigencias que como adultos nos debemos los unos con los otros en nuestra sociedad y para el bien común; considerando que esto realmente sea necesario para establecer el equilibrio indispensable entre los hombres, los pueblos y/o las naciones.
Cuando se demanda que seamos profesionistas capacitados para prestar un servicio, quien lo solicita espera recibir respuesta a sus necesidades; independiente al hecho de por ello pague los honorarios correspondientes. Pero más allá de esto, está la confianza que se deposita en la persona dando por hecho que se tiene el profesionalismo y/o la moral que determinará como cada uno responde, lo cual nos hace aun tener confianza entre los individuos.
Comparar la práctica dental con la generalidad de las áreas profesionales, comercio así como la política nos debe hacer pensar en todos los preceptos establecidos y aplicarlos.
Hablar de preceptos en general determinan una responsabilidad a seguir, tal es el caso en la odontología “El Dentista”; que al realizar un tratamiento, salvo las variantes propias del diagnóstico establecido para tal o cual problema, damos por hecho que debemos considerar que existen normas o técnicas para definirnos por lo que debe ser. Su indicación apropiada, lo correcto.
Sin embargo existen variantes y muchas de las veces no precisamente se apegan a los preceptos que nos rigen como profesionista o individuo ante una sociedad, anteponiendo otros factores que desvirtúan el ideal.
Quienes nos encontramos en el medio de la profesión dental sabemos que hay muchos tratamientos u odontología realizada, que dista mucho de lo correcto. En esta atrevida consideración se debe establecer que existen circunstancias que se dan por la educación dental del paciente o del dentista y que pueda no ser mal intencionada, sin embargo no es lo correcto también la situación económica contribuye. Pero a veces el actuar del profesionista varía en sus preceptos actuando con engaño, pretendiendo obtener solamente un beneficio personal.
Estas circunstancias existen para todos los medios y la política presenta igualdad de problemática, por eso las sociedades buscan otras opciones dando la oportunidad a quienes ofrecen la confianza, responsabilidad y/o demostrada honestidad.
Es importante considerarlo como un compromiso ya que nadie está exento de ser evaluado y obtener o no la aprobación de a quien nos debemos.
En Torreón terminaron las elecciones para candidatos a la alcaldía y las personas que juegan un papel importante dentro de la política nos presentaron planes de trabajo como ofertas de un servicio para prestar a la comunidad, lo cual no difiere de la intención que tenemos los dentistas en nuestro ramo, o sea un compromiso con las personas donde nuestros preceptos nos rigen pero también éstos exigen una sociedad que responda y está al pendiente de que los individuos nos ajustemos a lo que pregonamos con la intención más pura del ser humano: el servir; aunque al ofrecer nuestro profesionalismo consideremos las circunstancias necesarias para nuestra existencia, pero involucrarnos con una realidad que se nos presenta para cada quien al momento de tener la responsabilidad para con quien convivimos “nuestra sociedad”.
Los partidos políticos se disputaron al paciente “el municipio” como siempre bajo un proyecto que puede ser similar entre cada uno, con sus variantes propias de la oferta y demanda; aunque debemos analizar como lo hacemos con los profesionistas el desempeño, profesionalismo, capacidades y preceptos que tienen cada uno de los involucrados para realizar o dar tratamiento adecuado en este caso a “Torreón”.
Pretender enarbolar una bandera llena de preceptos, involucra la necesidad que la propia sociedad clama ante su problemática personal y que puede hacer o no distingue entre colores de organizaciones pero si está sujeta a las diferencias que existen entre ellas.
El operador “nuestro nuevo alcalde” para el período 2003-2005 tiene una gran responsabilidad como la han tenido todos, sin embargo ahora le tocará responder ante las exigencias de su sociedad que demanda y juzga esperando respuestas, confiando en sus preceptos y deseando tenga el ojo clínico para diagnosticar cuanta patología y vicios hay que han sido calmados con atenuantes drogas para mantener en estado de aparente calma al paciente “Torreón” y que además sepa participar a su equipo la destreza para que con bisturí fino defina de manera precisa el adecuado corte y que de la cirugía resulte el mejor éxito en el postoperatorio del paciente “Torreón”.
Pero lo más importante para la recuperación de cualquier enfermo es la responsabilidad de quienes le rodean “una sociedad involucrada” por lo cual el compromiso es de todos.