MATAMOROS, COAH.- La industria ladrillera en Matamoros, es una actividad productiva no controlada y no reglamentada, no sustentable para el medio ambiente regional, porque implica una degradación constante de los ecosistemas urbanos y rurales.
Los humos, vapores, gases y cenizas volátiles, que resultan de la combustión, son arrastrados por el viento y dispersos hacia las zonas habitacionales del municipio, el impacto ambiental en la salud de las personas, la flora y la fauna es evidente.
Lo anterior, fue el resultado de un estudio ambiental, que realizó hace dos años el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecyt), a cargo de Rodrigo Díaz Contreras y el cual no se hizo público ni se conoció porque el tema fue tan grave, que las autoridades empezando el año 2001, mejor optaron por buscar la manera de dialogar con los dueños de las ladrilleras, para buscar una solución y cambiar el sistema de quema, entonces fue que se empezó a hablar de la reubicación.
Este informe no está en los expedientes de la Presidencia Municipal, aun cuando tampoco está oculto, luego que se encuentra en el Departamento de Ecología, aun cuando el jefe de esa dependencia aseguró que el tema es parte del pasado, estamos hablando del año 2001, ahora estamos en el año 2002, y por lo tanto por terminar la administración pública municipal.
En el resultado del estudio ambiental se mencionó también la peligrosidad de la fabricación de los lodos y barro, se utilizan insumos de materias primas que provienen de bancos externos de arcilla y arena fina, así como por cenizas de baja densidad, que se forman como producto final de la combustión del sirre mezclado con aceite quemado de motor.
Además las cenizas con estas características, consideradas residuos peligrosos, son transportadas sin ningún control, en vehículos de carga por carreteras de jurisdicción federal, en la Comarca Lagunera de Coahuila, desde la ciudad de Matamoros, hasta otros centros de producción de ladrillos en la región.
El estudio de impacto ambiental
En uno de los puntos importantes, el impacto ambiental que presentó el Coecyt al Municipio de Matamoros, hace dos años, detectó problemas de salud pública en los asentamientos humanos y en las colonias aledañas, así como en los mismos trabajadores, (aun cuando ellos lo niegan), esto es como consecuencia del impacto de los humos, los gases y vapores de la combustión, a eso se suma la contaminación en general y natural, como es el polvo, la tierra y basura.
En ese tiempo se indicó a la autoridad cancelar el sitio de producción de ladrillo, sobre todo el espacio de Santo Tomás, en donde se hizo el estudio y todas las áreas en donde estuviera un obrador, reubicarlos e impedir mediante la fuerza pública la operatividad, vigilar la zona, aplicar sanciones y multas, lo que no se hizo de parte de las autoridades de la administración municipal de hace dos años, por preferir mejor negociar, buscar una reubicación o cambiar el sistema de quema.
Se inició también con el tema de las cooperativas y microempresas para los ladrilleros, a quienes se les podría dar un crédito y capacitación técnica, para otra actividad o para el manejo de los obradores en otra forma y en otro lugar.
Jefe de Ecología
El jefe de Ecología, Jesús Ortiz Rentería, informó que se entregaron en Ecología del Estado, los resultados del impacto ambiental que hizo la Coecyt empezando el año 2001.
Se realizó en las ladrilleras de Santo Tomás y fue el motivo por el cual las autoridades estatales y municipales empezaron a realizar las diversas acciones para solucionar el problema de la contaminación del medio ambiente.
Dijo que ese informe y todo lo que se hizo en la administración municipal, 2000-2002, será entregado a los sucesores, en su caso a la persona que se desempeñará en el Departamento de Ecología, para que tengan una base de donde partir y no llegar a las ladrilleras, como si fueran en busca de una solución que iniciaría a partir de la nada.