El anuncio hecho por el ayuntamiento de Torreón, en el sentido de que será cancelada la concesión del servicio público de estacionamiento en el primer cuadro de la ciudad por incumplimiento de la empresa ganadora del concurso, es una mala noticia. Según antecedentes la concesionaria tendría que haber pagado a la fecha seis millones de pesos al municipio y colocar dos mil “parquímetros” que habrían de funcionar en diciembre próximo.
Desde hace ocho años dejó de operar el cobro de derechos de estacionamiento, en virtud de que las máquinas receptoras de pago, agotaron su ciclo de vida útil y quedaron obsoletas por los cambios en las monedas de curso legal. Contra lo que pudiera pensarse, el carácter gratuito del estacionamiento agrava la escasez de espacios disponibles en el centro de la ciudad, en razón que desalienta la inversión privada en pensiones destinadas al estacionamiento como negocio particular.
La idea de cobrar los derechos relativos es buena, en la medida en que alienta la multiplicación de opciones alternativas de estacionamiento y ofrece una posibilidad de ingreso para el municipio. Ante esta situación, el compromiso que expresa el Director de Finanzas de Torreón, en el sentido de que se hará una nueva licitación para asignar el contrato a quien ofrezca mejores condiciones en la prestación del servicio y su productividad, debe ser cumplido.
Es pertinente enfatizar que se debe soportar el cobro de los derechos de estacionamiento, mediante su inclusión en la Ley de Ingresos del próximo año para el municipio de Torreón, a discutirse y aprobarse por el Congreso de Coahuila en los próximos dos meses. Del cumplimiento puntual de este requisito, depende que la posibilidad del cobro de tales derechos, que es la base de la concesión del servicio, tenga sustento en el marco jurídico de estado y municipio.