REUTERS
LA HABANA, CUBA.- Tres congresistas del Partido Demócrata de Estados Unidos insistieron ayer en La Habana en la necesidad de poner fin al embargo económico de su país contra Cuba, al señalar que no ha funcionado después de 43 años de aplicación y causa más perjuicio que beneficio a ambos países.
“La información que reunimos esta semana refuerza nuestra fuerte convicción de que la política de aislamiento de Cuba es contraproducente y debería ser reemplazada por una política de compromiso”, dijo el representante por el estado de California Sam Farr, quien integra una misión que viajó a La Habana.
Farr, acompañado por las también demócratas Lynn Woolsey de California, y Jan Schakowsky de Illinois, terminaron ayer una visita de cuatro días en la que se reunieron con el presidente Fidel Castro, miembros del Congreso y ministros, así como con algunos opositores.
Esta es la última de una serie de visitas de legisladores estadounidenses a Cuba, con las que buscan un alivio o el levantamiento total del embargo que aplica su país a la isla de gobierno comunista desde hace más de cuatro décadas.
A fines del 2000 el Congreso de Estados Unidos aprobó el fin del embargo con relación a alimentos, y está en discusión de ambas cámaras el fin de la prohibición de los viajes de turistas norteamericanos a la isla. “Creemos que los estadounidenses deberían poder viajar a Cuba como lo hacen a otros países incluso Corea del Norte e Iraq”, dijo Farr en conferencia de prensa.
Destacó que un 75 por ciento de los estadounidenses que viajan a la isla caribeña lo hacen de manera ilegal y son multados cuando regresan a su país.
“Queremos que esa política cambie, queremos que vengan más turistas”, agregó.
Muchos estadounidenses viajan a La Habana como parte del intercambio cultural y aprovechan para realizar recorridos turísticos por la isla.
En su reunión de cinco horas con Castro, los congresistas abordaron diversos temas, entre ellos la situación de los derechos humanos en Cuba y el Proyecto Varela, un intento de la oposición por permitir la libre expresión, asociación y empresa en la isla.
“Sabemos que en la Casa Blanca existe una línea dura de (el presidente George W.). Hay dos Estados Unidos, uno el que está en la Casa Blanca y el otro la gente que quiere que la política hacia Cuba se normalice”, señaló.
Los legisladores dijeron que en el encuentro con Castro le pidieron que su gobierno continúe las reformas políticas y económicas.