EFE
Washington, EU.- El presidente de EU, George W. Bush, se aseguró el pleno apoyo del Congreso al uso de la fuerza militar, si el régimen iraquí de Saddam Hussein no acata las demandas de la ONU de deshacerse de sus armas de destrucción masiva.
La certeza de ese respaldo quedó de manifiesto ayer tras intensas gestiones de la Casa Blanca y pese a críticas sobre supuestos afanes bélicos y electorales del Gobierno republicano de Bush.
El líder de la minoría republicana del Senado, Trent Lott, señaló que la resolución “conducirá a un mundo más seguro” y “pondrá en marcha el comienzo del fin de Saddam Hussein y todo lo que representa”.
La Casa Blanca ha acusado a Iraq de ser una amenaza no sólo para Estados Unidos sino para el resto del mundo al acumular armas no convencionales.
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Tom Daschle, anunció que el tema será sometido a votación la próxima semana en ambas cámaras del Congreso.
El legislador de Dakota del Sur, quien criticó inicialmente un proyecto de resolución presentado al Congreso por la Casa Blanca, indicó que esperaba “un consenso amplio de ambos partidos” para el momento de la votación.
En un reflejo de la determinación del Senado de concluir pronto la aprobación, la cámara alta aprobó por 95 votos a favor y sólo uno en contra una moción de procedimiento que decidió la votación la próxima semana.
La única voz disidente fue la del senador demócrata Robert Byrd, quien calificó la resolución como “un producto de la arrogancia presidencial”.
Byrd agregó que “el ambiente belicoso que invade a la Casa Blanca está claramente motivado por la campaña política” ante las elecciones legislativas del 5 de noviembre, en las que republicanos y demócratas se juegan el control del Congreso.
Fuentes legislativas indicaron que las negociaciones de las últimas semanas sobre la propuesta original de la Casa Blanca han calmado las inquietudes de muchos miembros del Congreso que señalaban que era demasiado amplia y ponía en segundo plano la importancia de la gestión diplomática.
Esas mismas fuentes manifestaron que el proyecto de resolución que será aprobado la próxima semana exige que el presidente informe al Congreso 24 horas antes de lanzar un ataque, que se haya verificado que los medios diplomáticos ya no protegen la seguridad de EU y que esa acción militar no desviará al país de su lucha contra el terrorismo.
“No tenemos más alternativa que actuar como país soberano dispuesto a defenderse, junto a nuestros aliados y amigos si es posible, pero solos si es necesario”.
, afirmó el presidente del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, el republicano Henry Hyde.
La aprobación ha adquirido especial importancia en un momento en que el Gobierno de Bush no parece haber tenido el mismo éxito en sus esfuerzos por conseguir una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exija el desarme de Iraq.
La semana pasada el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, señaló que era crucial que el Congreso presentara un frente unido que ayudaría en la posición diplomática de EU ante la ONU.
Powell se reunió con el jefe de inspectores de las Naciones Unidas, Hans Blix, quien el jueves informó a los 15 miembros del Consejo de Seguridad sobre sus planes de enviar los inspectores este mes a Bagdad, según dijeron fuentes diplomáticas.
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, consideró que sin nuevas resoluciones de las Naciones Unidas los inspectores “no serán otra cosa que turistas” en Iraq.