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MEXICO, D.F.-En un silencio respetuoso, representantes de la comunidad México-japonesa y jóvenes "nikkei" -descendientes japoneses-, esperaron por más de 30 minutos al presidente Vicente Fox, para conmemorar el 105 aniversario de la llegada de los primeros 34 migrantes japoneses a México.
Acostumbrados a la puntualidad, sello distintivo de la cultura japonesa, esta comunidad vio pasar los minutos sin queja ni reclamos.
"Primero y antes que nada una disculpa porque hemos llegado bastante tarde a esta cita con ustedes. Realmente me da mucha pena que así haya sido, tratamos de evitarlo pero no me fue posible", argumentó el presidente Vicente Fox y junto a él un secretario de Gobernación, Santiago Creel, serio y acongojado.
Aunque la espera fue larga, Alfonso Muray Kobory, presidente de la Asociación México-Japonesa, lo recibió en el salón Adolfo López Mateos de Los Pinos, con un regalo y una respetuosa reverencia, y de inmediato en su discurso le dijo al presidente Vicente Fox y a su esposa Marta Sahagún: "nobleza obliga".
En el encuentro se exaltó el patriotismo de los México- japoneses y destacaron su amor a la Virgen de Guadalupe, la que ahora, según palabras de los propios miembros de esta asociación, es su protectora y su guía.
"Muchas de las cenizas de los nikkeis ya quedaron en México", comentó Muray Kobory, quien aseguró que para la comunidad mexicano-japonesa "hoy es un día histórico porque usted, señor presidente Vicente Fox nos ha recibido aquí en Los Pinos, que es la casa de todos los mexicanos".
Y en su exposición, recordó que la relación entre los dos pueblos nació hace unos 400 años, aunque ésta se formalizó en los hechos el 10 de mayo de 1897, cuando llegaron a Puerto de San Basilio hoy Puerto Madero, Chiapas, los primeros inmigrantes japoneses con el propósito de trabajar y dejar aquí la semilla de la cultura de Japón.
Sólo las palabras de los oradores retumbaban en el salón Adolfo López Mateos, donde prevalecía un orden inusual.
Japoneses de origen o nacidos en esa tierra, escucharon las palabras del presidente Fox, quien auguraba un futuro promisorio para los dos países.
Y de esa relación de éxito, les dijo Fox, muy pronto se concretará un Tratado de Libre Comercio entre México y Japón, hoy el segundo socio comercial de este país.
Ahí, serio, el secretario de Gobernación, Santiago Creel, quien siempre oculta su presencia ante los medios de comunicación en la figura de Fox.
Estuvieron 100 representantes de la comunidad mexicano- japonesa, de más de 10 mil que residen en todo el país. Hombres de empresa, comerciantes y profesionales contribuyen en el crecimiento y desarrollo del país, sostiene Alfonso Muray, quien destaca además la contribución japonesa en la cultura mexicana.
Hoy día -aseguró- más de 450 restaurantes de comida japonesa operan en México, muchos de los cuales ya sumaron a su cocina, el sushi con chile y que ya se consume incluso en la nación del sol naciente.
Junto a esta relación cultural, existen una dinámica presencia empresarial y comercial japonesa en México.
Actualmente se encuentran asentadas en el país alrededor de 328 empresas japonesas, de las cuales 246 se encuentra en el ramo manufacturero y 111 en el de las maquiladoras. Aportan con más de 318 mil empleos directos en México.
Miguel Angel Abe Takahashi, presidente de la Organización de Jónes Nikkei, explicó que "México es nuestro hogar, aquí nos sentimos protegidos y somos uno entre todos y ante todos, sin importar religión, raza, color, ideas, todos somos dignos y orgullosos de ser mexicanos".
Fue María Teresa Kasuga Osaka, representante del presidente honorario vitalicio de la Confederación Panamericana Nikkei, quien destacó el papel de la mujer en el desarrollo del país, y recordó que en japonés esposa significa Okusan, que literalmente significa "la persona que está en el fondo o del rincón", lo que por años representó su marginación y falta de oportunidades.