Reuters
Nueva York, Estados Unidos.- Con sus fuerzas militares en estado de alerta en el país y el extranjero, conmemoró ayer el primer aniversario de los atentados con aviones de pasajeros secuestrados que causaron 3,025 muertos y destruyeron la sensación de invulnerabilidad de la potencia mundial.
Prácticamente cada ciudad del país, cada escuela y universidad, iglesia, sinagoga y mezquita, así como numerosas empresas, realizaron ceremonias y observaron un momento de silencio por las víctimas de los atentados con aviones comerciales secuestrados, oriundas de decenas de países.
Las fuerzas militares estadounidenses en el Oriente Medio estaban en máxima alerta en respuesta a advertencias de posibles ataques terroristas, algunas suministradas por un detenido miembro de alto rango de la red Al Qaeda, del militante islámico Osama bin Laden, a la que Washington acusa de los ataques.
En Texas, un avión de American Airlines con destino a Dallas regresó el ayer al Aeropuerto Intercontinental de Houston poco después de despegar, debido a lo que un portavoz de la aerolínea calificó como “un incidente de seguridad” a bordo.
Pero todo pareció ser parte de la psicosis que dejaron los atentados. El incidente se produjo luego que un pasajero dijo que había visto a otro con algo que aparentemente podía ser un arma.
El vuelo 1702 fue escoltado en su regreso a Houston por dos cazas F-16 y dos pasajeros fueron detenidos, pero los investigadores no hallaron armas a bordo de la aeronave, dijo a los reporteros el portavoz del aeropuerto, Ernie DeSoto.
“No hubo amenazas ni agresión alguna, pero los pilotos decidieron que era mejor estar seguro que arriesgarse, así es que regresaron” después que un pasajero dijo que había visto a bordo a alguien con algo que parecía un arma, explicó DeSoto.
Mientras tanto, en el Pentágono, blanco de uno de los ataques del 11 de septiembre del 2001, el presidente George W. Bush dijo que las víctimas no murieron en vano y serían vengadas.
“Los enemigos que nos atacaron son decididos y hábiles. No serán detenidos por un sentido de decencia o un atisbo de conciencia. Pero serán frenados”, afirmó.
Los secuestradores estrellaron dos aviones contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York; una tercera aeronave fue lanzada contra el Pentágono, ubicado en las afueras de Washington D.C., destruyendo una de sus alas, y la cuarta se estrelló en un bosque del estado de Pennsylvania cuando aparentemente los pasajeros se resistieron.
Además de las 3,025 víctimas, en los atentados también murieron los 19 secuestradores de los aviones.
Duelo
En una mañana soleada, muy parecida a la de hace un año, decenas de miles de personas, incluyendo familiares de las víctimas portando fotos de sus seres queridos, se reunieron con dignatarios y oficiales de la policía, soldados con uniforme de combate, bomberos, líderes religiosos y sobrevivientes.
Se congregaron en el enorme hueco que quedó en el bajo Manhattan, lugar donde se alzaban los dos rascacielos más altos de Nueva York.
Gaiteros tocaron un canto fúnebre, luego hicieron silencio a las 08.46 hora local (1246 GMT), el momento en que el primer avión impactó la torre norte del World Trade Center, convirtiendo en un infierno una mañana de verano y atrapando a miles en un enorme incendio del que no había escapatoria.
Una tela extendida decía: “Nunca olvidaremos”. Acompañado por el celista Yo-Yo Ma, quien interpretó una partitura de Bach, el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani comenzó a leer los nombres de las 2,801 víctimas del World Trade Center.
La lectura fue interrumpida por el tañer de las campanas a las 09.03 hora local (1303 GMT), marcando el momento en que el segundo avión chocó contra la torre sur.
Mientras escuchaban, parientes y amigos de las víctimas descendieron a la “Zona Cero” para depositar flores en el lugar de los hechos. Algunos abrazaban retratos y otros se aferraban fuertemente a sus hijos. Algunos se mantenían estoicos, pero muchos otros lloraban sin consuelo.
Menos de una hora después, en las afueras de Washington D.C., las ceremonias comenzaron en el Pentágono, donde murieron 189 personas.
Otra solemne ceremonia de recordación se realizó cerca de Shanksville, en una tranquila zona rural de Pennsylvania, donde las campanas repicaron 40 veces por cada persona que murió en ese lugar, después que pasajeros y tripulantes enfrentaron a los cuatro secuestradores, que presuntamente se disponían a dirigir la aeronave contra un blanco en Washington.
“En el aire, una ola de coraje se abrió paso desde la cabina de pilotos hasta la parte trasera del avión y luego regresó con toda perseverancia hasta el final”, dijo Sandy Dahl, la viuda del piloto Jason Dahl, ante una multitud. Bush llegó al lugar durante la tarde para consolar a los parientes de las víctimas y para dejar una corona de flores.
El director de Seguridad Territorial, Tom Ridge, quien fue gobernador de Pennsylvania hasta fines del año pasado, dijo que las víctimas eran verdaderos héroes y que probablemente salvaron muchas vidas con su acción.
Las ceremonias se programaron para coincidir con el momento exacto de los terribles sucesos del año pasado. Las campanas repicaron nuevamente en Nueva York a las 09.59 hora local (1359 GMT), marcando el momento en que cayó la torre sur del World Trade Center.
Una enorme nube de humo y cenizas provocada por la destrucción cubrió los cielos sobre la mayor parte de Manhattan.
La torre norte se derrumbó exactamente media hora después.
Alrededor del Pentágono, reparado a un costo de 501 millones de dólares, misiles antiaéreos estaban emplazados en jeeps que custodiaban el lugar. Otros fueron emplazados alrededor de Washington D.C.
Estados Unidos estaba en estado de alerta máxima en respuesta a informes de inteligencia que sugirieron que eran posibles nuevos ataques, especialmente en Oriente Medio y el sur de Asia.
Tres ataques contra
tropas de EU
En Afganistán fueron atacadas tres bases estadounidenses, pero no hubo daños ni heridos. Las fuerzas norteamericanas dijeron que un hombre fue arrestado tras disparar contra la Base Aérea de Bagram, el cuartel general de las tropas de Estados Unidos en Afganistán. La agencia de noticias Prensa Islámica Afgana dijo que las bases de las fuerzas especiales de EU cerca de las localidades orientales de Khost y Gardez fueron atacadas con cohetes.
Los ataques resaltaron la inestabilidad en el país 11 meses después de que las fuerzas afganas de oposición, con apoyo de poderío aéreo estadounidense, desbandaron a la red Al Qaeda, del militante islámico Osama bin Laden, y derrocaron al entonces gobernante movimiento Talibán, que les daba cobijo.
Un año más tarde, las autoridades estadounidenses desconocen si Bin Laden está vivo o muerto.
El extremista islámico desapareció después que aviones estadounidenses pulverizaron la red de cuevas y túneles que había sido su bastión y refugio cerca de la frontera de Afganistán con Pakistán, a fines del año pasado.
En Karachi, Pakistán, la policía arrestó a cinco hombres armados y mató a otros dos en un tiroteo de tres horas en el que también murió una niña de cuatro años. Según una fuente de la policía, se pensaba que los agresores pertenecían a Al Qaeda.
En un editorial publicado ayer en el New York Times, Bush escribió sobre su determinación de derrotar a quienes atacaron al país y sugirió su intención de extender la guerra para derrocar al presidente iraquí, Saddam Hussein.
La prensa estatal iraquí se burló de los Estados Unidos, y el semanario económico al-Iqtasadi se refirió a los atentados del 11 de septiembre como el “castigo de Dios”.
El Departamento de Estado informó que 15 embajadas y varios consulados fueron cerrados en todo el mundo por razones de seguridad o para permitir que sus empleados asistieran a actos y ceremonias de recordación a los muertos por los ataques del año pasado.
Gran Bretaña y Australia también cerraron algunas embajadas en Asia.
La embajada estadounidense en Malasia fue cerrada por tiempo indefinido debido a temores sobre la seguridad. “Cerramos hasta un próximo aviso, hemos recibido amenazas muy creíbles y específicas”, dijo un portavoz.
Un funcionario del Departamento de Estado dijo que varias embajadas o consulados estadounidenses en Alemania, Dinamarca, Italia y Luxemburgo recibieron el miércoles cartas que contenían un polvo blanco, aumentando el temor por un posible atentado con carbunco.
Sin embargo, funcionarios de al menos dos sedes diplomáticas dijeron que era inofensivo. La policía de Hamburgo dijo que se trababa de azúcar.
Expresiones de simpatía hacia los Estados Unidos en todo el mundo se mezclaron con pedidos de oposición a una posible guerra con Iraq.
Los mercados financieros de Asia y Europa operaron con un volumen más reducido que el habitual, pero las acciones registraron alzas. Los mercados de Nueva York abrieron más tarde tras un momento de silencio y los precios inmediatamente subieron, aunque luego cerraron en baja.