SUN-AEE
México, D.F.- En el Zócalo de la ciudad de México, organizaciones civiles, educativas y gubernamentales, conmemoraron el Día Internacional contra la Violencia a las Mujeres y las Niñas.
Con graffitis, maniquíes, danzas, representaciones de performance...todos a su modo, externaron sus denuncias por los atentados contra el llamado “sexo débil”.
En esta oportunidad, aparecieron las madres de jovencitas que han muerto o están desaparecidas. Y ante la ausencia de sus hijas, pidieron el respaldo de la sociedad mexicana.
La voz de Norma Ledezma, una madre de familia común y corriente, se quiebra frente al auditorio que, al escuchar su historia, concreta lo que ella trató de evitar: Una de las jovencitas ahí presentes seca sus lágrimas tras el relato de una mujer que ya no verá más regresar a su casa, a su hija Paloma, una de las 292 jóvenes que en la última década, han aparecido muertas en ciudad Juárez, Chihuahua.
También hicieron una solicitud al gobernador chihuahuense Patricio Martínez: “que ya deje de pelearse con el presidente - Vicente- Fox porque eso no nos interesa, mejor que nos presente a los culpables de estos crímenes y que encuentren a las 200 jovencitas que aún permanecen desaparecidas”.
“Es muy triste, muy doloroso ver que una hija ya no llega a la casa... Y más si una es pobre y no tiene dinero para exigir que la autoridad cumpla con su trabajo. Nos dicen que no hay presupuesto... ¿Cómo?! ¿Y entonces con qué paga el gobernador los hoteles y los auditorios para las reuniones que ha organizado con otras autoridades?!”, inquiere también Hortensia Enríquez, madre de Ericka Nohemí Carrillo Enríquez, jovencita de 20 años desaparecida desde diciembre del año 2000.
“Hay muchas muchachas perdidas y no hay recursos para buscarlas. Los agentes nadamás destinan dos horas diarias que porque no hay presupuesto... Y mientras tanto, para frenar las presiones que ejercemos, las autoridades siembran evidencias y meten a la cárcel a gente inocente... Eso pasó en el caso de mi hija, y sigue pasando el las hijas de otros”, recrimina Norma Ledezma.
Ella refiere que en el caso de su hija Paloma, las autoridades le dijeron que habían visto a su hija viva en algún lugar de Ciudad Juárez, y que había huido de su familia por supuestos maltratos.
Sin embargo, apareció el cadáver de la joven y, de acuerdo con los exámenes periciales, la muchacha ya estaba muerta en las fechas en que la policía había asegurado haberla visto viva.
Del crimen, se responsabilizó al novio de Paloma y los familiares han sido hostigados por negarse a aceptar las pruebas sembradas y las falsas investigaciones del gobierno estatal.
“Este es un problema directo contra las mujeres de este país.
Nadie está exenta ni protegida y, lamentablemente, lo vemos como un problema aislado porque no las conocemos. Hay quienes hasta las culpan de ser responsables de que las maten; pero cuando se trata de alguien conocido, es cuando se le presta atención...somos una sociedad muy individualista y nos falta mucho por avanzar”, concreta Noris Rodríguez, activista del Centro de Capacitación y Comunicación Social, A.C.