Los decesos no tienen relación entre sí y consideran que se debió a situaciones fortuitas cada uno de los casos; el M.P. de todas formas hace indagatorias
TORREÓN, COAH.- A situaciones fortuitas se debieron las dos muertes ocurridas, una en el Cerro de las Noas y la otra por el rumbo del Cañón del Indio, aunque en esta última, es necesario que el Ministerio Público ahonde en las investigaciones para determinar si el joven que murió fue por accidente o alguna otra persona lo empujó, expresó Jesús Jasso Fraire, director de la Policía Preventiva.
Cuestionado por El Siglo de Torreón, sobre los dos cuerpos que se encontraron sin vida el pasado domingo por la mañana y en los primeros minutos del lunes anterior, el jefe policíaco manifestó que todo parece indicar que se debieron a situaciones imprevistas.
Indicó que de acuerdo a como fue encontrado el cuerpo de una persona del sexo masculino, mayor de edad, en el fondo de un precipicio de aproximadamente 25 metros en el Cerro de las Noas, todo señala que es un “desbarrancado”, pues presentaba múltiples fracturas.
Además, agregó, el cadáver fue desmembrado por la fauna silvestre del lugar, motivo por el cual se encontraron restos de los huesos de las piernas y uno de los brazos, diseminados en un radio de aproximadamente 50 metros.
Hasta el momento, dijo, se ignora la identidad del occiso, pues esto lo indaga el Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, que al parecer ya tiene algunos indicios de ella.
En cuanto a lo referente al deceso de Diego Zapata Valdez, de 16 años de edad, domiciliado en calle Segunda No. 48 de la colonia Vicente Guerrero, Jasso Fraire expresó que el sitio donde ocurrió el fatal percance, es muy propicio para ello, pues el área es una “boca de lobo” y el barranco donde cayó, de aproximadamente 60-80 metros es imposible de detectar durante la noche.
De igual forma y en relación a las versiones que señalan sobre un operativo la noche del sábado a orillas de la colonia Las Luisas, el jefe de la Policía Preventiva manifestó que se indaga al respecto, pero en el caso de resultar positivo, sería incongruente que el occiso que presumiblemente debía conocer el área, hubiera corrido hacia donde se encuentra el precipicio.
Además, comentó que de acuerdo a versiones de los agentes de la DSPM que estuvieron en el lugar de los hechos, señalaron que el cuerpo del joven se hallaba en una posición que no evidenciaba que hubiera sido “desbarrancado”, por lo que dicha corporación hace sus propias investigaciones al respecto.
Debe establecerse si cayó o lo empujaron
Jasso Fraire subrayó la importante necesidad de que el Ministerio Público establezca si Diego cayó en forma accidental o bien lo empujaron, para lo cual debe ahondar en sus investigaciones antes de cerrar el caso.
Lo anterior, a fin de disipar todas las dudas que se pudieran tener al respecto así como de posibles especulaciones que se dieran, ya que si bien reconoció ese tipo de jóvenes “esquineros” o pandilleros, por regla general salen corriendo en cuanto avistan una patrulla, sea de la corporación que sea.
Reiteró sin embargo su duda sobre que Zapata Valdez corriera hacia donde está el precipicio, sobre todo porque como debió conocer la zona, resulta un tanto incongruente.
Antes de concluir, subrayó, que las autoridades encargadas de la investigación deben terminar sin lugar a duda, si Diego cayó por accidente durante la huida provocada por el supuesto operativo policíaco o bien si fue empujado por alguna persona con la que haya tenido viejas rencillas.
NOTA RELACIONADA
Aunque todo indica que la muerte de Diego Zapata Valdez fue un accidente, elementos de la Policía Ministerial investigan las causas por las cuales el joven se dirigió al barranco, además de descartar un posible homicidio, informó Fernando Ruiz Castañeda, agente en turno del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, Mesa II, Coordinación “B”.
De acuerdo al informe presentado por el médico legista, el cuerpo del infortunado joven presentó traumatismo craneoencefálico, además de 3 costillas fracturadas del lado izquierdo y numerosas abrasiones en todo el cuerpo, a consecuencia de su caída por el precipicio de entre 60 y 80 metros de profundidad, ubicado por el sitio conocido como Cañón del Indio, cercano a un negocio denominado Molinos Samsara, por la colonia Las Luisas.
Asimismo, señaló, no presentó indicios de intoxicación alguna y resaltó que los golpes que se le apreciaron son “pasivos” y no “activos”, lo que en determinado momento pudiera crear alguna nueva línea de investigación, pues esto últimos revelaría que el objeto fue hacia el cuerpo y no al revés.
Ruiz Castañeda dijo que por el momento se indaga sobre los motivos que hubiera podido tener Diego para lanzarse al vacío, lo que también pudiera haber sido fortuito.
Sin embargo, algo que se toma muy en cuenta, es que se investiga sobre la posibilidad de que alguien más lo aventara al barranco, porque si bien las lesiones que presentó son “pasivas”, esto no significa que él se lanzó, por lo que se continúa averiguando con quién andaba la última vez que se le vio con vida.
DATOS SON EXTRAOFICIALES
Incongruencias...
*Se sabe que Diego Zapata Valdez, conocía la zona donde se hallaba, por lo que resulta ilógico que se haya dirigido directamente hasta donde está el precipicio.
*Por lo general cuando una persona cae de un barranco, su cuerpo es encontrado en posturas grotescas, pero el de Diego se halló “acomodado” en medio de dos grandes piedras.
*Un dato que sólo saben las personas que estuvieron en el lugar de los hechos, es que los tenis del occiso, que bien pudieron haberse encontrado a varios metros del lugar de donde estaba el cadáver, se hallaron a su lado, bien acomodados.