Reuters
CARACAS, VENEZUELA.- Opositores al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, convocaron ayer a otro “paro cívico” para presionar la salida del mandatario, en una medida que el gobierno calificó de “temeraria provocación” y de acción “golpista-terrorista”.
El presidente de la principal central obrera del país, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, dijo que “el próximo 2 de diciembre, a partir de las 6.00 de la mañana (1000 GMT), se inicia este gran paro cívico nacional”.
Pero el sindicalista advirtió que si las circunstancias lo obligan, la oposición —aliada en la llamada Coordinadora Democrática, que también integran empresarios, partidos políticos y grupos civiles—, ordenaría adelantar la fecha del paro.
Declinó precisar, por lo que dijo era una asunto de “estrategia”, si el paro será por tiempo limitado o indefinido.
Esta sería la cuarta huelga que enfrentaría en menos de un año el gobierno “revolucionario” del teniente coronel retirado, a quien sus adversarios culpan de la recesión económica por la que atraviesa el quinto exportador mundial de petróleo, así como de la alta inflación y el desempleo.
El de mayor impacto fue el que en abril precedió a un breve derrocamiento del mandatario, a quien también acusan de tendencias autoritarias y comunistas.
Acto criminal y terrorista
Representantes del oficialismo rechazaron la huelga en momentos en que delegados del gobierno y de la oposición buscan, bajo los auspicios de la OEA, una salida electoral a la crisis política que sacude al país de 23 millones de habitantes.
El vicepresidente José Vicente Rangel dijo ayer que el paro convocado “es criminal. Constituye, en la práctica, un acto deliberado de terrorismo contra la ciudadanía en general”.
“Un paro como el anunciado tiene todas las características de una acción golpista, que se inscribe en el mismo formato del 11 de abril, cuando fue arrasada la libertad y la democracia”, agregó en una declaración.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, quien se encuentra en el país como un facilitador entre las partes confrontadas, hizo un intento de evitar el paro. A la salida de una reunión con la Coordinadora Democrática, minutos antes de la convocatoria al paro, pidió “que le dieran una oportunidad” a la negociación que busca una salida electoral a la crisis.
“Yo espero que no tomen decisiones que vayan a significar el fin de la mesa de negociación”, dijo en conferencia de prensa.
También rogó “al gobierno y a todos sus funcionarios a que no sigan desafiando” a la oposición para que convoque al paro, en medio de un clima ya caldeado por la alta polarización.
La reiterada negativa de Chávez a aceptar un referendo consultivo inmediato sobre su gestión y elecciones anticipadas, así como la reciente intervención militar de la Policía Metropolitana (PM) de Caracas y la presencia de tropas en la capital, caldearon los ánimos de los enemigos del presidente.