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Belgrado, Yugoslavia.- Un grupo de serbios emigrados a Australia cortaron la lengua a Slobodan Lazarevic, quien declaró como testigo de cargo en el juicio al ex mandatario Slobodan Milosevic en octubre pasado, informó el diario Nacional de esta capital.
De acuerdo con el rotativo, dos serbios lo secuestraron primero en una calle de Canberra para llevarlo a “un sitio seguro”, donde le cortaron la lengua con unas tijeras de jardín.
Lazarevic hizo su declaración en el juicio contra el ex mandatario yugoslavo, luego de que éste fue acusado de crímenes de guerra y genocidio.
Según el periódico, el testigo recibió amenazas aún mientras estaba en La Haya para declarar ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY), a fines de octubre.
Por eso fue incluido en el programa de protección, otorgándosele una nueva identidad y un trabajo en Australia, donde se instaló y se desempeñó como jefe de seguridad de una empresa.
El rotativo afirmó que Lazarevic se está recuperando tras estar hospitalizado y que está al pendiente de ver cómo reaccionará la justicia penal internacional ante lo que ha sido un primer atentado contra un testigo.
La agencia de noticias Tanyug informó que el testigo desempeñó en Australia el cargo de jefe de seguridad de un aeropuerto internacional.
En el juicio a Milosevic declaró que éste provocó la rebelión de serbios en Croacia y que tanto el apoyo en armas y dinero a la llamada República Serbia de Krayina como las órdenes de guerra contra Croacia venían de Belgrado, del despacho de Milosevic.
La fiscalía presentó a Lazarevic como coronel del espionaje militar. Milosevic afirmó que “en el Contraespionaje militar (KOS) éste era un desconocido”.
Sostuvo que el testigo, nacido en Belgrado hace 60 años y con perfectos conocimientos de varios idiomas, fue contratado como traductor y que se le dieron los galones de coronel “para mejorar su categoría de cara a los negociadores extranjeros”.
Lazarevic explicó, en sesión secreta del TPIY, cómo sobornó a varios cargos de Naciones Unidas en la ex Yugoslavia. Sus declaraciones en el juicio, en las sesiones abiertas a los interesados, fueron transmitidas en directo por la televisión yugoslava.
Para unos ha sido un buen ejemplo de traidor a sueldo, y para otros, reveló los tejemanejes del régimen de Milosevic y la manipulación de la gente al servicio de un poder personalista.