Torreón, Coah.- El escenario: un crucero. La hora: cualquiera. Algunos la hacen de artistas callejeros, otros sólo estiran la mano y no falta quién ofrezca sus servicios como limpia vidrios a cambio de unas monedas. La mayoría son menores trabajando, niños explotados.
En las calles de la ciudad la explotación infantil se incrementa. En la actualidad Torreón ocupa el decimocuarto lugar a nivel nacional con mayor número de menores de edad trabajando ya sea en los cruceros, en centros comerciales o realizando cualquier otra actividad.
Héctor Iván, mejor conocido como El Payaso Copetín, llegó procedente de Durango hace un mes a Torreón. Y es que dice, es mejor el ?billete? que la escuela. Por eso todos los días acude con sus primos al crucero del bulevar Independencia y calle 11.
Héctor dice que tiene 14 años, parece menor. Sin embargo su corta estatura no le impide realizar todo tipo de acrobacias para ganarse la simpatía de los conductores a cambio de unas monedas.
¿Dónde vives?
?En un hotel?.
¿A qué viniste a Torreón?
?Pues a trabajar, aquí hay billullo, billete?.
¿Cuánto ganas?
?Cuando nos va bien como mil pesos?.
¿Tanto?
?Sí. Bueno ahora el día estuvo flojo y nada más sacamos 400 pesos?.
¿Cuánto te dan por carro?
?A veces hasta 15 pesos por carro, es que le he de gustar a las viejas?.
¿Qué le haces al dinero?
?Lo guardo, compro ropa o comida?.
¿Dónde están tus papás?
?Allá en Durango, nada más que me vine con mis primos para trabajar aquí?.
¿Por qué tan lejos?
?Para trabajar, mis papás me dieron permiso?.
¿Allá no hay calles o qué?
?Sí, lo que pasa es que la gente es bien coda, son más agarrados con el dinero, aquí sueltan más fácil el billete?.
¿En Durango ibas a la escuela?
?Nada más fui hasta sexto de primaria, es que me expulsaban de todas las escuelas por peleonero, por aventarme unos tiros, pero es que si le buscan a uno ni modo de rajarse?.
¿Y piensas seguir
trabajando en las calles?
?Sí, quiero juntar dinero para cuando esté grande no andar molestando gente?.
Héctor se desespera y pide que la entrevista termine: ?ya oiga, usted ha de ser del DIF, ya nos tenemos que ir porque ya es muy tarde, adiós?.
Segundos después Héctor sube a un taxi con sus primos, van rumbo al hotel donde se hospedan todos los días. Dicen que no saben cuánto tiempo más estarán en la ciudad porque hasta ahora, les ha ido muy bien.
Torreón ocupa
el decimocuarto lugar
Las cifras son alarmantes: en 1997 el Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia en coordinación con la UNICEF, realizó un estudio en 100 ciudades del país para conocer los índices del trabajo infantil. Torreón ocupó el decimocuarto lugar.
El estudio fue denominado ?Yo también cuento?. En la actualidad se realiza otro análisis para comparar cifras de 2002 con 1997. El dato es revelador: en cinco años el trabajo infantil se incrementó en un 64 por ciento en Torreón.
El problema rebasó a las autoridades: DIF
Para José de Jesús Berlanga de la Peña, director del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), la explotación infantil es un fenómeno nuevo que ha rebasado a las autoridades en su intento por frenarlo.
?El estudio comprende dos grandes etapas, la primera de observación donde 100 personas coordinadas por el DIF-Torreón, estuvieron en diferentes puntos de la ciudad como esquinas, cruceros, centros comerciales, colonias, entre otros. Se observó todo lo que es trabajo infantil, desde niños que acompañan a sus padres a trabajar, como los tianguis o niños indígenas?.
La idea, dice Berlanga de la Peña, era observar el gran fenómeno de niños en y de la calle. Los resultados del estudio de 2002, se enviaron al DIF Estatal, quien a su vez los canalizará a la UNICEF.
La segunda etapa del programa ?Yo también cuento?, consistirá en realizar una muestra en función del total de casos detectados. Se harán entrevistas a los adultos que acompañan a los menores para sacar datos muy concretos: desde la edad, sexo, si consumen drogas. Se tomarán en cuenta 60 variables para conocer de fondo este problema.
A decir del funcionario municipal, la explotación infantil como muchos otros fenómenos sociales está creciendo de manera alarmante: ? si estamos hablando de las primeras 100 ciudades del país, excluyendo al Distrito Federal, que es aparte su estudio, ocupar el lugar número 14 sí es de preocuparnos?.
José de Jesús Berlanga de la Peña señala: ?los fenómenos sociales muy nuevos han sido poco atendidos, tradicionalmente los Gobiernos se ocuparon de las personas adultas y con capacidades diferentes, pero todo lo relacionado a explotación infantil, menores de la calle, mendicidad, son fenómenos poco conocidos y menos atendidos?.
Y añade: ?en un conteo salió a relucir que de dos mil 71 niños que se detectaron en 1997, se incrementaron a tres mil 400 menores. A nivel de observación se estableció que el número de mujeres se incrementó en comparación de 1997, además ahora los niños salen a trabajar a menor edad?.
En opinión de Berlanga de la Peña, la explotación o el trabajo infantil está relacionado con la pobreza: ?desgraciadamente el fenómeno de la pobreza se pervierte, los padres primero envían a sus hijos a trabajar por necesidad y luego lo hacen para que los mantengan?.
Detrás de los niños, dice, hay una enorme necesidad, pobreza, pero existe la explotación.
En lo que va del año el DIF-Torreón ha presentado 120 denuncias por explotación de menores en la Procuraduría de la Familia, desgraciadamente por el escaso personal de esta dependencia pocos casos han sido atendidos.
La explotación sexual es un fenómeno muy oculto, señala Berlanga de la Peña, tradicionalmente se piensa que se da en niñas. El DIF ha detectado prostitución infantil en antros, loncherías, también en Internet, contactos por teléfonos celulares, citas personales. La mayoría son niños.
En un operativo realizado por el DIF en coordinación de la Procuraduría de la Familia se encontró en cinco bares a niños prostituyéndose.
?Otro fenómeno que está creciendo no sólo es el consumo de drogas entre los menores sino que muchos ya son utilizados para distribuirla y venderla, esto es consecuencia de las lagunas legales que hay y por toda la falta de atención al problema?.
Niños de la calle no hay, asegura Berlanga de la Peña, pues al principio de la actual administración se detectaron nueve y todos fueron canalizados a Casa Puente y albergues.
?Todos tenemos un papel que hacer, todos los ciudadanos debemos tener conciencia que si damos dinero a un niño en la calle lo único que se va a lograr es que permanezca en un crucero todo el día, es apostarle a que esos niños cuando sean grandes serán delincuentes, drogadictos o se dedicarán a la prostitución?.
Albergues saturados
La Procuraduría de la Familia advierte que el problema de abuso físico, verbal y explotación de niños va en aumento. Los albergues del Municipio se encuentran saturados por esta problemática social.
Ana María Ibarra Leaños, asesora jurídica de la Procuraduría de la Familia, asegura que el 80 por ciento de los casos canalizados por el DIF se han resuelto de manera satisfactoria ya sea albergando al niño u obligando a la familia a brindarles la atención adecuada.
?Existe la falsa idea de que son los padres quienes más golpean a sus hijos, pero se ha detectado que también las madres sobre todo las solteras los agreden, se desquitan con ellos. El problema es grave porque en la mayoría de los casos los niños son víctimas de los propios familiares y por eso difícilmente algún pariente los denuncia?.
La constante en los casos atendidos por la Procuraduría de la Familia es la pobreza, alcoholismo, drogadicción o prostitución.
?Toda la sociedad debe participar cuando sean testigos de violencia hacia los niños, denunciarlo a la Procuraduría para nosotros darle seguimiento y garantizar una calidad de vida mejor para los menores?.
Responsabilidad familiar
La familia es responsable de proporcionar a los niños un nivel de vida digno, donde puedan aspirar a un nivel cultural, educativo, a su desarrollo personal, pero ante la falta de interés por parte de los padres es el Estado quien debe intervenir para garantizar la seguridad de los infantes.
Para David Omar Bocardo Sifuentes, segundo visitador de la Comisión de Derechos Humanos en el Estado, es lamentable que la explotación infantil vaya en incremento: ? pero es importante que no se oculten las cifras, no ocultar los errores es el primer paso que se debe dar para corregir el problema?.
La explotación infantil es grave en la mayoría de las entidades del país, señala Bocardo Sifuentes, pero aclara que no sólo le compete al Gobierno garantizar a los niños un nivel de vida adecuado, también a los padres de familia.
?Ojalá que se hicieran campañas para detectar a los menores y segundo que se elaboraran programas no para tener a los niños en albergues sino para reintegrarlos a sus hogares, darles capacitación a los padres de familia sobre los derechos de los niños y a cómo satisfacer las necesidades propias y las de los niños?.
La Comisión de Derechos Humanos tiene poco contacto con los menores, reconoce Bocardo Sifuentes, pues el organismo sólo interviene cuando han sido objeto de abuso por parte de las autoridades. La mayoría de las quejas de los niños se refieren a malos tratos de maestros, agresiones físicas y verbales, a cuestiones educativas. Durante el 2002 se han presentado 27 quejas contra la Secretaría de Educación Pública en la Comisión de Derechos Humanos.
Cuando algún vecino acude a la Comisión con la intención de denunciar abusos o explotación hacia los niños, se canalizan a la Procuraduría de la Familia, donde hasta ahora se le ha dado respuesta satisfactoria a las demandas.
?Los maestros son quienes tienen mayor contacto con los niños, ellos deben notar los cambios en su conducta o si tienen golpes en el cuerpo, deben reportar estas situaciones y no intentar resolverlas por sí mismos?.