Dos semanas antes de la lamentable ejecución del agente ministerial Cipriano Floriano Navarrete, El Siglo de Torreón empezó un trabajo especial mediante el cual se pretendía dar a conocer los principales puntos de distribución de droga al menudeo en Torreón y quienes son los principales ?puchadores?.
Se avanzó en la investigación gracias a muchos datos que sobre el particular aportó Floriano Navarrete, desgracidamente, balas asesinas cegaron la vida de uno de los mejores agente del llamado ?Grupo Especial? de la Procuraduría General de Justicia en el Estado y es por ello que ahora publicamos los datos obtenidos hasta un día ante de su muerte.
TORREÓN, COAH.- ?Todos sabemos que esto tal vez no se acabe, pero buscamos que se controle, que no sea tan fácil la venta de droga a plena luz del día?, estas palabras repetía Cipriano Floriano Navarrete respecto a su lucha diaria contra el narcotráfico en esta ciudad.
Cipriano, también conocido por sus amigos y enemigos como ?El Pescado?, fue el último elemento operativo que laboraba en el Grupo Especial desde su creación en 1996. Ahora está muerto y la ciudad quedó sin el único combatiente frontal de los ?puchadores?.
De complexión delgada, mirada tranquila y de bajo tono al hablar, el jefe de grupo de la Policía Ministerial pensaba que para atacar a la delincuencia se debería romper el círculo que inicia con la venta y el consumo de drogas.
Sagaz en sus investigaciones, Cipriano tenía bien ubicados a todos los distribuidores de enervantes en las zonas sureste, centro y surponiente de la ciudad, 18 años como agente policíaco avalaban su dominio para conocer santo y seña de los principales distribuidores.
?Lejos de disminuir la venta, ésta aumenta y se refleja en el incremento de adictos, en su mayoría adolescentes y jóvenes de todas las clases sociales?, comentaba ?El Pescado? durante sus recorridos de rutina al desarrollar su trabajo.
Hace dos años el agente del Grupo Especial ubicó al menos 15 puntos de venta de cocaína y mariguana, controlados por "Chon Zapata", "Rico", "Chuy Caguamas", ?Los Tejanos", "Chon Frayre", Don Cuco o Cucazo", "El Fidel", ?La Güera", "Torero", "El Berna", ?Los Mezcleros", "Rafa" y el "Doscientos".
Ellos dominaban las colonias Moderna, Maclovio Herrera, Nueva Rosita, San Joaquín, Cerro de la Cruz, Vencedora, Residencial La Hacienda, La Merced II, Abastos, Ampliación Campestre La Rosita y la zona centro respectivamente.
Después de la publicación en este medio de los centros de distribución, el trabajo de los agentes tuvo resultados positivos, la mayoría fueron detenidos y ahora están internados en el Cereso local, actualmente sólo dos personajes de la vieja lista siguen vigentes.
?Casi todos los distribuidores de antaño ya fueron ?reventados?, sólo quedan pocos, y los nuevos operan ?a salto de mata?, cambiando de residencia cada vez que son ubicados, situación que echa por la borda el trabajo de investigación invertido y se tiene que empezar de vuelta?, decía Cipriano.
El extinto agente también estaba convencido de que en algunos casos, el distribuir droga es un negocio de parientes, el cual se ve como una fuente de ingreso, en la que están relacionados todos los integrantes de la familia incluyendo nexos políticos.
Un factor relevante en la vida de ?El Pescado? fue la postura que adoptó con funcionarios de la PGR hasta antes del arribo de la delegada Rosario Lomas Salinas, el realizar su trabajo siempre le trajo reclamaciones y amenazas.
Una singular apreciación de la Ley en cuanto a la posesión de armas de uso exclusivo del Ejército, fue motivo para que Floriano Navarrete fuera detenido en julio de 2001, acusado e internado en el Cereso en una acción de agentes de la entonces Policía Judicial Federal.
Su captura significó el beneplácito de los ?puchadores? que podrían trabajar tranquilos, principalmente en el sector Alianza, donde apoyados en la corrupción policíaca, incrementaron su radio de acción.
Dos semanas antes de su muerte, Cipriano comentaba que con la detención de ?El Chompe?, sería ?La Vicky? quien tendría las manos libres para controlar el mercado en la distribución de droga.
?Doña Eva? en San Joaquín; ?El Coyote? en la Primero de Mayo; ?Los Nieves? en la Nueva Rosita; ?Sergio Bueno? y ?La Palma? en La Dalia; ?Los Atilano? en la zona centro; ?El Bola? en la Miguel de la Madrid y ?El Huarachón? en Valle Verde, son algunos de los nuevos distribuidores, algunos vigentes y otros en receso.
?La nueva modalidad para la venta de droga se encuentra en grupos 10 a 15 taxistas, los cuales salen a ?ruletear? con un promedio de 20 sobres de polvo blanco y entregan los pedidos a domicilio previa llamada y mención de una clave por teléfono celular?, comentaba Cipriano.
También decía que los ?puchadores? de abolengo prefieren la técnica tradicional: uno o varios jovencitos afuera del punto de venta, una señal para levantar el pedido y al dar la vuelta a la manzana, se entrega la mercancía.
Respecto a las nuevas colonias al oriente de la ciudad comentaba: ?empezaron a instalarse, pero la vigilancia permitió que no asentaran terreno, además era gente sin experiencia que pensaba en la venta de la droga como un negocio que no implicaba problemas?.
Ingenio, es la palabra clave del "puchador" que tiene varias formas de trabajar, una de ellas es utilizar a menores de edad que "avientan" la droga a los consumidores; otros, utilizan una pequeña ventanita en la puerta de su casa, lo que permite operar tranquilamente desde la comodidad del hogar, sin correr el riesgo de ser detenidos en flagrancia.
Cipriano estaba convencido sobre la protección que pagan los "puchadores" a la policía, quienes en el caso de la DSPM, accionan el "pato" (claxon) de las patrullas cuando observan algún vehículo de agentes federales o ministeriales, alertando a los distribuidores y clientes.
?Las acciones para erradicar la distribución de la droga en la ciudad siempre son un fiasco, y esto se debe a los clásicos ?pitazos? que elementos policíacos realizan a sus protegidos, opacando los operativos?, opinaba el agente ministerial.
La filosofía de un hombre que murió convencido de sus ideales debe ser una razón de peso para que las autoridades afronten su responsabilidad en el combate al narcotráfico. ?Esto no se va acabar, pero le hacemos la lucha?.