Reuters
LA CORUÑA, España.- El gobierno de España se defendió el sábado contra acusaciones de que había sido muy lento ante el desastre producido por el derrame de combustible del buque cisterna “Prestige”, que se hundió en el Océano Atlántico y contaminó parte de la costa norte del país europeo.
Desde que el derrame de “fuel-oil” (petróleo) comenzó a inundar las costas de la región de Galicia la semana pasada, el gobierno español ha recibido críticas, tanto de los grupos ecologistas como de los medios de comunicación, que afirman que los esfuerzos para controlar el desastre han sido inadecuados, las tareas de limpieza han ido muy despacio y todo ha sido muy desorganizado.
El buque, construido hace 26 años, naufragó tras ser dañado por un temporal y dejó una amplia estela de “fuel-oil” antes de hundirse el martes en el Atlántico, frente a la costa de Galicia.
El combustible ha inundado playas enteras y se extiende a lo largo de 400 kilómetros de la costa gallega, dañando a las aves de la zona y poniendo en peligro las abundantes especies de pescado que se capturan en la zona, un recurso que es considerado vital para la economía de la región.
El vicepresidente primero del gobierno español, Mariano Rajoy, rechazó el sábado las acusaciones en una conferencia de prensa celebrada en el puerto de La Coruña, en la que dijo que las decisiones del ejecutivo se produjeron en el momento preciso y que los recursos habían sido los adecuados.
“No estoy de acuerdo”, dijo Rajoy después de que un periodista expresó que los críticos acusaban a España de incompetencia a la hora de abordar el problema.
Rajoy culpó del naufragio a las fuertes tormentas en el noroeste de España y dijo que un barco francés y otro holandés, con capacidad para recoger petróleo, tuvieron que ser llevados a puerto, ya que era imposible navegar por el fuerte oleaje.
Quejas de los ecologistas
Los ecologistas se han quejado de que a los voluntarios no se les ha permitido tomar parte en las labores de limpieza, pero Rajoy dijo que los equipos serían duplicados hasta alcanzar las 900 personas y que los voluntarios podrían obstaculizar la tarea.
Algunas de las 900 toneladas de “fuel-oil” habían sido ya limpiadas de las playas y se colocaron 25 kilómetros de barreras para proteger la costa, dijeron autoridades.
En las afueras de donde se llevó a cabo la conferencia de prensa, miembros del grupo ecologista Greenpeace desplegaron una pancarta con el lema “El petróleo mata”, escrito con el propio combustible recogido de las playas contaminadas.
“Deberían trabajar más rápido y con más recursos. El gobierno dice que no hay prisa... Sí hay prisa, el fuel se va a enterrar en la arena y es cada vez más difícil y más costoso. Entra en las capas más bajas y causa más contaminación”, dijo el director ejecutivo de Greenpeace en España, Juan López Uralde.
Los diarios gallegos especulaban el sábado que uno de los 200 troncos de madera perdidos por un barco poco antes de que el “Prestige” se viera inmerso en dificultades, podría haber dañado el buque.
Mientras tanto, el director del departamento de derecho marítimo de Garrigues Abogados, Manuel González, dijo el sábado que “existen dos convenios internacionales que (...) establecen una indemnización automática de los daños producidos a consecuencia de una contaminación por hidrocarburos”.
“La particularidad es que la cobertura automática llega hasta la suma... de unos 190 millones de euros”, agregó.
Rajoy dijo que el gobierno estima que el “Prestige” habría vertido al mar 11,000 toneladas de fuel-oil, bastante por debajo de las 20.000 mencionadas por Greenpeace.
El ministro dijo que el vertido no podría ser calificado como “una marea negra”, sino más bien como manchas “muy localizadas”.
Rajoy dijo que los expertos consideran que el resto de las 77,000 toneladas de fuel-oil que se hundieron con la embarcación en el fondo podría solidificarse en las profundidades, debido a las elevadas temperaturas, lo que significaría que sería muy poco probable que saliera a la superficie.
Un minisubmarino francés iba a dirigirse en los “próximos días” al lugar donde ocurrió el accidente para comprobar si el petrolero seguía perdiendo combustible.
El gobierno español no está de acuerdo con el instituto hidrográfico portugués, que sostiene que el “Prestige” sigue vertiendo petróleo.
Rajoy insistió en que había sólo una pequeña película de petróleo donde se hundió el Prestige, a 220 kilómetros de la costa occidental española.