De acuerdo a la información proporcionada por los propios directivos de la delegación de la Cruz Roja Mexicana, la benemérita institución podría desaparecer si el Congreso Local no autoriza en la Ley de Ingresos del próximo año, a que el Gobierno del Estado cobre a los propietarios de vehículos, al través del refrendo de placas, como se ha venido haciendo, una cantidad determinada la cual es entregada a la citada institución para cubrir parte de sus gastos de operación.
La oposición a que tal cobro se incluya de nuevo en la Ley de Ingresos del dos mil tres, proviene de un grupo de la iniciativa privada, por estimar que la Cruz Roja debe primero justificarle a ellos, a qué destina esos recursos y los otros que recibe, cuánto obtiene de “utilidad” por los servicios de urgencias y cuánto en área de hospital, pues de otra forma no estarían dispuestos a apoyar las gestiones tendientes a que se aprobara ese cobro fiscal.
Nunca antes se había presentado un cuestionamiento de esa naturaleza a la labor altruista que lleva al cabo la Cruz Roja y menos de un sector que en su mayoría siempre se preocupa por apoyar a las instituciones de beneficencia. Pero se les olvida a los opositores que parte de un sector de nuestra comunidad no es Torreón, es sólo una parte de él y que lo que algunos miembros de la IP digan no obliga a los diputados locales a actuar en el sentido en que ellos pretenden.
Los únicos autorizados para determinar qué rubros debe contener la Ley de Ingresos estatal, son los diputados; y aún cuando ese pago no fuera incluido en el proyecto del Ejecutivo, ellos podrían colocarlo de propia determinación, porque tienen esa facultad y pueden ejercerla fundadamente, pues no puede ponerse en duda de la forma mencionada la recta intención de una institución que ha prestado tan importantes servicios comunitarios. Porque las vidas que llegue a salvar la Cruz Roja, justifican cualquier tipo de apoyo que se le brinde.