Reuters
LA HABANA, Cuba.- Cuba observa con preocupación la crisis que se registra en Venezuela, vital fuente de la mitad del petróleo que importa la isla, aunque por el momento no han sido afectados los suministros de crudo, dijo ayer el gobierno.
"Parece que está complicado", dijo el canciller cubano Felipe Pérez Roque al comentar la situación en Venezuela, donde un paro que comenzó el lunes para presionar la salida del presidente Hugo Chávez, alcanzó también a la industria petrolera.
Sin embargo, el ministro dijo que ningún cargamento de petróleo destinado a Cuba ha sido afectado por el paro, una información corroborada por diplomáticos venezolanos en La Habana.
Cuba depende de las importaciones petroleras y recibe 53,000 barriles diarios de Venezuela en cómodas condiciones de pago.
Los suministros fueron suspendido por cinco meses tras el breve golpe en abril contra Chávez, el más cercano aliado en América Latina del presidente cubano Fidel Castro, pero se reanudaron en septiembre.
El paro en Venezuela, en su quinto día el viernes, provocó una reducción de los embarques y de la producción en crudo, así como de las operaciones de refinación.
Varios buques cisternas venezolanos se unieron al paro opositor y fondearon en el Lago de Maracaibo. Chávez ordenó el jueves reforzar el patrullaje militar en instalaciones petroleras y la intervención de buques cuyos tripulantes se sumen al paro.
Diplomáticos venezolanos en La Habana aseguraron que seis buques fondeados por capitanes desafectos al gobierno ya habían sido intervenidos por militares.
"El problema está resuelto. Los opositores han fracasado en su último esfuerzo contra el petróleo, el corazón de Venezuela", dijo la encargada de negocios de Venezuela en Cuba, Olga Fonseca, quien convocó al cuerpo diplomático y la prensa a una conferencia para explicar la situación en su país.
No descartan estado de sitio
Fonseca dijo que Chávez empleará los recursos que permite la constitución venezolana para mantener el orden público y asegurar la operación de la industria petrolera.
"Eso incluye el estado de sitio o de excepción. No sería ninguna medida autoritaria o dictatorial porque el presidente está obligado por la constitución a mantener el orden público y la paz en el país", afirmó.
"Esta huelga tiene un carácter insurreccional que busca subvertir el orden constitucional vigente", dijo Fonseca, quien añadió que fue organizado por los mismos actores civiles y militares que fracasaron en un intento de golpe el 11 de abril.
La diplomática dijo que era de esperar que los sectores opositores ahora busquen "radicalizar la violencia con otro golpe de estado, un magnicidio o una guerra de baja intensidad (guerrilla)".