Sabemos que una alimentación sana es una alimentación balanceada, que nos proporciona proteínas, sales minerales, vitaminas, carbohidratos, etc., es decir es aquélla que contiene todos los nutrientes necesarios para nuestra salud y bienestar.
En nuestra sociedad es imposible desligar a los niños de los dulces o de la alimentación no nutritiva (chatarra), por lo que tenemos que controlarla.
Encontramos niños que durante el día varias veces consumen pastelitos, papitas, chicles, paletas, frituras, etc., todos éstos obviamente con muy pocos nutrientes y una alta cantidad de carbohidratos lo que les ocasiona que al momento de sentarse a la mesa a tomar sus alimentos no tiene apetito. Por lo tanto podríamos aconsejar dar a nuestros hijos un desayuno adecuado es decir no sólo un vaso con leche o un licuado, sino un desayuno completo, ya que las primeras horas de la mañana suelen ser las de más rendimiento intelectual, y así ayudaremos a nuestros niños a que tengan el aporte energético necesario para realizar sus tareas.
Sin embargo es común que en la escuela el niño requiera de tomar algún refrigerio en el tiempo de descanso, éste debiera estar compuesto por frutas, verduras o ensaladas y tratar de que el niño no consuma comida chatarra, explicándoles que lejos de nutrirlos, les afectará en sus dientes favoreciendo la incidencia de caries en ellos.
Debemos tener presente que tanto los alimentos que después del proceso masticatorio terminan constituyendo una forma de azúcar, como los azúcares ya refinadas en forma de dulces o refrescos crearan acidez, deteriorando el esmalte de los dientes y comenzando así el desarrollo del proceso carioso.
Para concluir diremos que es importante guiar la conducta alimenticia de nuestros hijos, pero también fomentar y mantener los hábitos de higiene bucal en ellos. ¡Hasta la próxima!