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Sao Paulo, Brasil.- El favorito para ganar la elección presidencial de este domingo en Brasil, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que un eventual gobierno suyo contribuiría a resolver el problema histórico de la exclusión social en el país.
En un artículo publicado este sábado por el diario Folha, el abanderado del Partido de los Trabajadores (PT) sostuvo que la aplicación de su programa de gobierno durante el cuatrienio 2003-2007 daría pie a un proceso de equilibrio en la sociedad brasileña.
“Creo que mi elección para presidente de la República contribuirá para ese cambio de dimensiones históricas en nuestro país”, aseveró el líder en las encuestas de opinión, quien tiene una intención de voto de 43 por ciento.
Estadísticas oficiales del Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA), con base en encuestas nacionales de hogares precisaron que en 2000 el 31.9 por ciento de los brasileños vivía bajo la línea de pobreza, equivalente a 54 millones de personas.
“El grave problema de la exclusión social necesita dar lugar a un proceso irreversible de inclusión, provocando que las personas se tornen generadoras de ingreso y consumo, en un mercado interno ampliado y robusto”, indicó el obrero metalúrgico de 56 años.
En el último sondeo de la empresa Vox Populi divulgado este sábado señaló que Lula da Silva sigue con un apoyo de un 43 por ciento, mientras que el oficialista José Serra subió de 18 a 19 por ciento respecto de la encuesta realizada el pasado 29 de septiembre.
El estudio, que tiene un margen de error de un 1.9 por ciento, reveló además que un 10 por ciento de las dos mil 501 personas entrevistadas el pasado viernes por Vox Populi dejará este domingo su voto en blanco o lo anulará.
Más de 115 millones de brasileños registrados como votantes deberán acudir este domingo a las urnas para elegir un jefe de Estado, un vicepresidente, 513 diputados federales, 54 senadores, 27 gobernadores y 27 vicegobernadores. Los comicios generales en Brasil servirán además para designar un total de 513 diputados federales y mil 59 legisladores distritales y estatales.
En caso de que ninguno de los candidatos a la presidencia obtenga el 50 por ciento más uno de los votos válidos emitidos, los dos con mayor respaldo deberán disputar la primera magistratura en una segunda ronda electoral programada para el próximo 27 de octubre.
Lula da Silva afirmó además que Brasil está en un momento decisivo de cambio que será impulsado por medio de “un proceso de entendimiento y de pactos, que se profundizarán con la decidida actuación del gobierno”.
Las crecientes posibilidades de que el líder histórico de la izquierda brasileña gane la presidencia en la primera ronda de este domingo generó gran nerviosismo en los mercados, empujando un alza de 69.1 por ciento en la cotización del dólar en lo que va del año.
De acuerdo con analistas económicos locales, el mercado financiero teme que un eventual gobierno del ex líder sindical desconozca el manejo de las cuentas públicas y lleve al país a una aguda recesión.
El candidato del PT, quien nació en 1945 en el empobrecido estado de Pernambuco en el seno de una humilde familia de labriegos, consideró sin embargo que “tengo la seguridad de que Brasil saldrá fuerte de ese proceso”.
Lula da Silva explicó asimismo que su programa de gobierno presenta propuestas concretas de políticas públicas para cuestiones como vivienda, seguridad pública, combate al hambre, entre otras.
“Ofrecemos nuestro claro compromiso con políticas macroeconómicas responsables para mejorar la salud de la economía nacional, previendo superar el círculo vicioso de endeudamiento nuevo para cubrir el endeudamiento viejo”, indicó.
Confirmó su compromiso con el pueblo brasileño de mantener la inflación baja, con la estabilidad económica y con metas que permitan crear las condiciones para retomar el crecimiento “fundamental para la solvencia de los compromisos nacionales, internos y externos”.
El cuatro veces candidato del PT afirmó que “será necesaria una lúcida transición entre lo que tenemos hoy y aquello que la sociedad reivindica”.
La transición “será fruto de una amplia negociación nacional, que debe conducir a una auténtica alianza por el país, a un nuevo contrato social, capaz de asegurar el crecimiento con la estabilidad”.
Lula da Silva, quien se postuló por cuarta vez consecutiva, fue derrotado en las últimas tres contiendas, la primera, en 1989, frente a Fernando Collor de Mello y las subsecuentes, en 1994 y 1998, ante el actual presidente, Fernando Henrique Cardoso.
NTX