La camarera de cierto hotel de París entró en una habitación y descubrió asustada que la ocupante, una joven mujer extranjera, había muerto. Fue corriendo a dar aviso a la administración. Volvió poco después con el gerente y el encargado de seguridad, y lo que vieron los dejó sin habla: uno de los botones del hotel estaba sobre la mujer refocilándose cumplidamente. "-¡Pierre! -exclama con azoro la mucama dirigiéndose a su compañero-. ¡Esa mujer está muerta!". "-¡Muerta! -prorrumpe con espanto Pierre al tiempo que saltaba despavorido de la cama-. Sacre bleu! ¡Yo creí que era una inglesa!"... Murieron tres sujetos y llegaron los tres al mismo tiempo al más allá. Se pusieron a conversar. Le pregunta uno a otro: "-¿Cómo moriste?". "-Congelado" -responde el primero-. "-¡Qué barbaridad! -dice el que preguntó-. ¡Debe ser horrible eso de morir congelado!". "-Ni tanto -responde el primero-. Te vas durmiendo poco a poco hasta que mueres. Realmente no se siente nada. Y tú ¿cómo moriste?". "-No lo sé -confiesa desconcertado el hombre-. Estaba vivo; caminaba por la calle y de repente sentí una sombra sobre mí. No supe más. Cuando abrí los ojos ya estaba aquí, en el otro mundo". Le preguntan al tercero: "-Y tú ¿cómo moriste?". "-De un infarto -responde el individuo-. Llegué a mi casa y tuve fundadas sospechas de que mi esposa estaba con un hombre. Estaba seguro de que el amante se hallaba en algún lado de la casa, pero lo busqué por todas partes y no lo pude hallar. Eso me dio tanto coraje que tuve que descargar mi rabia en algún modo. Entonces tomé el refrigerador y lo arrojé por la ventana. El esfuerzo que hice para lanzarlo me provocó el infarto que me causó la muerte". "-¡Qué barbaridad! -se consterna el que había muerto congelado-. ¡Si hubieras abierto el refrigerador los tres estaríamos vivos!"... El Congreso de Australia no aprobó el eslogan que alguien sugería para poner en las placas de los coches: "Australia: tierra de hombres fuertes y solitarios y de ovejas nerviosas"... Un diplomático norteamericano estuvo en Afganistán antes de la guerra. Le molestó ver el mal trato y discriminación que recibían las mujeres. Se les consideraba tan inferiores que debían caminar diez pasos atrás de su hombre. Volvió el americano después de la guerra, y lo que vio lo alegró mucho: ahora la mujer caminaba diez pasos adelante del hombre. Le dice con entusiasmo a un afgano: "-¡Es impresionante el avance que ha conseguido en tan poco tiempo la mujer de Afganistán! ¡Eso de que vaya adelante del hombre es gran progreso!". "-Bueno -responde el afgano con sinceridad-. Lo que pasa es que después de la guerra todos los campos quedaron minados"... El huevito le pregunta al tomatito: "-¿Qué vas a ser cuando seas grande?". Responde el tomatito con orgullo: "-¡Un tomatón!". Al oír aquello el huevito se echó a llorar y ya no dijo nada... Le dice Pepito a Juanilito: "-Veo a los adultos y me da la impresión de que ellos disfrutan el adulterio mucho más de lo que los niños disfrutamos la niñez"... El joven Tinyprick practicaba el nudismo. Cierto día su abuelita, que vivía en otra ciudad, le pidió que le enviara una fotografía suya. El único retrato que el joven Tinyprick tenía de su persona era uno donde aparecía de cuerpo entero, pero desnudo. Así, cortó la fotografía por la mitad a fin de enviar la parte de arriba a la abuelita. Pero se equivocó, y lo que mandó fue la parte de abajo. Poco después recibió una carta de la abuela. Le decía la viejecita: "-A mis años no veo bien pero, la verdad, no recordaba que tuvieras una nariz tan diminuta"... FIN.
