Pepito le dice a su papá: "-Me encargaron en la escuela investigar la diferencia que hay entre teoría y práctica. ¿Podrías ayudarme a hacer esa tarea?". "-Desde luego -responde el señor-. Pero si te explico esa diferencia sólo con palabras no la vas a entender. Eso sería, precisamente, pura teoría. Voy a ponerte un ejemplo práctico a fin de que entiendas cabalmente la cuestión. Ve y pregúntale a tu mamá si estaría dispuesta a hacer el amor con otro hombre por un millón de pesos". Algo nervioso va Pepito y hace la pregunta. La señora se escandalizó al oírla, pero ante la insistencia del niño acabó confesando que sí, que por ese dinero accedería a hacer dación de su cuerpo a un extraño. Pepito, azorado, le llevó a su padre la contestación. "-Muy bien -dice éste sin turbarse-. Ahora ve con tu hermana mayor y hazle la misma pregunta". Va Pepito. La muchacha, sin vacilar, respondió que con un millón de pesos podría comprarse muchas cosas. Claro que aceptaría hacer el amor con un desconocido si le pagaba esa suma de dinero. Fue Pepito con su papá y le trasmitió la respuesta de la chica. "-Perfectamente -dijo con tono magisterial el señor-. Ahora sí vas a entender con toda claridad la diferencia que hay entre teoría y práctica. Mira: en teoría tenemos en la casa 2 millones de pesos. En la práctica tenemos dos pirujas". Igual sucede con nosotros en tratándose de la vida nacional. En teoría somos una república federal, pero en la práctica vivimos un centralismo tan vigente como en los tiempos del porfiriato y el priismo. Las entidades federativas no tienen independencia económica, y sus posibilidades de allegarse recursos propios están acotadas hasta el extremo por leyes que pusieron en manos de la Federación prácticamente toda la acción recaudatoria. Ya no mendigan como antes los gobernadores de los Estados, lo cual es un buen signo, pero todavía se ven en la necesidad de pedir al Ejecutivo Federal los dineros que requieren para su función. Eso explica la existencia de la Conago: los gobernadores no panistas deben formar un bloque a fin de fortalecer sus demandas y ejercer presión sobre una Presidencia centralista y un Congreso igualmente centralizador. Urge una reforma radical que haga que sea verdad lo que sigue siendo una ficción: el federalismo mexicano... El señor leía en el periódico el anuncio de una agencia filantrópica que solicitaba fondos. Le comenta a su mujer: "-Aquí dice que en la India un niño puede vivir con 10 dólares al mes. ¿Qué te parece si mandamos allá a los hijos?"... Doña Jodoncia pasó a mejor vida. Al llegar al cementerio quienes llevaban el ataúd golpearon con él una columna que estaba en la puerta de entrada. Se oyó un quejido dentro del ataúd. Lo abrieron y ¡oh sorpresa! ¡La señora estaba viva! Con el golpe había recobrado el conocimiento. Pasaron diez años. La señora enfermó, murió, y otra vez la llevaron a darle cristiana sepultura. Al llegar al cementerio y entrar con el ataúd grita don Martiriano, el marido a los que llevaban la caja: "-¡Cuidado con la columna!"... Don Cornulio les cuenta a sus amigos: "-Mi señora tiene una suerte fabulosa. Hace un mes encontró en la calle un abrigo de visón, la semana pasada halló en el metro un anillo de brillantes, y ayer llegó a la casa con un reloj de oro que alguien dejó caer en el elevador". "-¡Qué buena suerte tiene! -exclama con ironía un suspicaz-. Y tú ¿eres igual de afortunado?". "-No -responde tristemente don Cornulio-. Hallé en mi buró una cajetilla de cigarros, y abajo de la cama unos zapatos, pero no fumo, y los zapatos me quedaron grandes"... FIN.