El humor político tiene una rica tradición en México. Desde los tiempos de la mal llamada "colonia" los criollos mexicanos sabían zaherir con ingeniosas, sabrosísimas burletas a los virreyes venidos de ultramar. "-A pie y a caballo nadie te gana" -dijeron al marqués de Branciforte. Con eso aludían a sus enormes pies y a su corta inteligencia, pero el tonto se puso muy ufano con la frase, pues la entendió referida a su gracia para caminar y montar a caballo. Cuando Marquina ordenó construir una fuente en un sitio donde no había agua, lo que hizo que la fuente acabara en urinario público, un anónimo pasquinero le espetó esta cuarteta lapidaria: "Para perpetua memoria / nos dejó el virrey Marquina / una fuente en que se orina... / y aquí se acabó la historia". Son famosos los dicterios políticos del "Pensador Mexicano", don José Joaquín Fernández de Lizardi y los desahogos de "El Hijo del Ahuizote" y "El Gallo Pitagórico". Son famosos también los grabados políticos, llenos de genio, de José Guadalupe Posada. Los epigramas de don José Elizondo se recuerdan aún por muchos de memoria. Podría hacerse un museo de la caricatura de ayer con las muchas espléndidas que hicieron García Cabral, Guasp, Audiffred, Bismarck Mier, Abel Quezada y muchos más. Se diría que los mexicanos tenemos el humor como única arma para oponerla a quienes nos lastiman con sus ineptitudes y sus corrupciones. Desastres van y calamidades vienen, y a ellas hace frente el mexicano con su buen humor. Alguien lo dijo ya: ante una tragedia los argentinos hacen un tango, y nosotros los mexicanos un chiste... "-Estudia, hijo mío -aconseja el papá de Pepito a su retoño-. Recuerda que al hombre se le admira por sus sesos". "-Y a la mujer por sus ésas" -completa el precoz niño-... Dice un muchacho a su amigo: "-Simpliciano: ¿Cómo te fue anoche con Rosibel?". "-Muy mal -responde él con disgusto-. Le da sueño muy pronto". "-¿Cómo es eso?" -inquiere el amigo-. "-Sí -responde Simpliciano-. No más comencé a besarla y me preguntó muy ansiosamente que a qué horas nos íbamos a acostar"... Va una madura señorita soltera a una granja donde vendían aves de corral para formar gallineros familiares. "-Señor -pide al granjero-, me hace favor de darme una gallina y diez gallos". "-Perdone -le dice el granjero-. Querrá usted decir diez gallinas y un gallo". "-No -insiste la señorita-. Una gallina y diez gallos. No quiero que la pobrecita pase por lo mismo que he pasado yo"... Dos parejas de casados fueron de vacaciones a Acapulco. La primera noche estaban cenando en el restaurante del hotel cuando hubo un apagón y todo quedó en tinieblas. Así, los cuatro se dirigieron a sus habitaciones. Tras desvestirse en la oscuridad uno de los maridos se arrodilló a decir sus oraciones antes de meterse en la cama. Acababa de terminar sus prolongados rezos cuando volvió la luz. El tipo se dio cuenta, espantado, de que estaba con la mujer de su amigo. Tomando su ropa apresuradamente se lanzó hacia la puerta. Le dice la señora: "-Demasiado tarde, compadre. Mi viejo nunca reza"... Al día siguiente de la noche de bodas dice amorosamente el recién casado a su flamante mujercita: "-¿Qué te parecdió nuestra noche de bodas, Susiflor?". "-No estuvo mal -responde ella displicente-. Pero mi mamá me dijo que me ibas a dar una sorpresa muy grande, y, la verdad, no era tan grande"... Dos amigas hablaban de sus cosas íntimas. "-Yo ya no estoy tomando la píldora -revela una-. Les tengo miedo a los efectos colaterales". "-Yo todavía la estoy tomando -dice la otra-. Les tengo más miedo a los efectos frontales"... FIN.