Con gran preocupación el papá de la muchacha otorgó por fin la mano de la chica a su galán. "- Pitoncio -dice al muchacho-. Te encargo mucho a Dulcilí. Mi niña es una muñeca; una figurita de porcelana; es frágil, exquisita, delicada...". "-Ni tanto, ni tanto, don Poseidón! -dice el muchacho al angustiado genitor al tiempo que le daba una gran palmada en las espaldas-. ¡No sabe usted lo que aguanta!"... El draconiano juez examinaba el expediente del reo. "-Asalto nocturno, asalto nocturno, asalto nocturno... Catorce asaltos, y todos en la noche". "-Sí, señor juez -contesta ruboroso el individuo-. Es que de día me da vergüenza"... "-No cabe duda -decía don Cornulio-. Nuestras esposas jamás acaban de conocernos bien". "-¿Por qué opinas eso?" -le pregunta alguien. "-Miren el caso de mi esposa -responde don Cornulio-. Tenemos 20 años de casados y ni siquiera sabe mis medidas. El otro día me compró un ajuar completo de ropa: traje, camisa, ropa interior, zapatos. Puso todas esas prendas en la recámara, al lado de la cama. Cuando entré se puso muy nerviosa. Hasta después me expliqué la causa de su nerviosismo: toda esa ropa que me compró me quedaba grande"... ¿Por qué es gratuita la educación primaria en el país? Porque es obligatoria. No se explica, sin embargo, que la educación que imparten las universidades estatales sea también gratuita. No exagero si digo que en algunas de esas universidades cursar un semestre cuesta menos que una función de cine con refresco y palomitas. A veces los estudiantes pagan cuotas de inscripción que no solamente son simbólicas, sino también ridículas. Los propios alumnos se ríen de lo que deben pagar por recibir su educación. Aparentemente eso es muy bueno: cualquiera en México puede ir a la universidad, y nadie queda excluido de ella por causas de dinero. El argumento, empero, es al final una falacia. Muchos jóvenes carentes de recursos pueden cursar estudios en las instituciones privadas más caras del país gracias a los sistemas de becas con que esas instituciones cuentan. En cambio en las universidades estatales los padres de familia y los mismos estudiantes no pueden plantear demandas de calidad académica: lo menos que les pueden contestar es que si no pagan no exijan. Muchas universidades públicas viven en una penuria sempiterna a causa de los exiguos presupuestos que reciben y por falta de recursos propios. Sólo medianamente cumplen sus funciones de docencia, y es casi nula su actividad de investigación y difusión de la cultura. Se necesita audacia, ciertamente, para enfrentar la demagogia populista que ha hecho su nido en muchas universidades estatales. Sin embargo, si se quiere mejorar la calidad académica en las instituciones públicas de educación superior se las debe capacitar para allegarse fondos. Eso ayudaría también a conseguir que tales instituciones rindan cuentas de los recursos que manejan... El señor y la señora llegaron a pasar vacaciones a Acapulco. Muy ilusionada, la señora se pone un vaporoso negligé y va provocativamente hacia su maridito, que recostado en el lecho veía la televisión. Vuelve los ojos el hombre y ve a su esposa, que con actitud insinuativa lo miraba de pie junto a la cama. "-¡Ah no! -protesta con vehemencia el individuo-. ¡Estoy de vacaciones!"....FIN.
