Un hombre estaba al borde de la quiebra. En ningún lado su crédito valía ya. Todos los bancos le cerraron sus puertas. Cierta noche iba por un oscuro callejón y sin poderse contener gritó: "-¡Ya sólo el diablo me puede ayudar!". ¡Brooom! Se oyó un siniestro ruido y el demonio apareció a su lado. "-¿En qué te puedo servir?" -le dice. "-¿Eres el diablo?" -pregunta asustado el individuo. "-Sí" -responde el espíritu maligno. "-A ver -pide escéptico el sujeto-. Cámbiame aquel árbol". El diablo hace un ademán y el árbol cambia de lugar. "-Ahora -demanda el individuo-, cámbiame aquella casa". El demonio mueve la mano y la casa se mueve. "-Por último -insiste el hombre- cámbiame aquel cerro". Nuevo ademán del diablo y el cerro cambia de sitio. "-Ahora -pide entonces el sujeto- cámbiame este cheque". "-¡Oye! -se enoja el demonio-. ¡Soy un demonio, no un indejo!"... El inolvidable humorista Verdaguer solía decir que ningún hombre está contento con su suerte. Ejemplificaba: "-Los flacos quisieran estar gordos; los gordos quisieran estar flacos. Los chaparros quisieran estar altos; los altos quisieran estar chaparros. Los solteros quisieran estar casados; los casados quisieran estar... muertos". Sin embargo bien reza el dicho popular: "Cada quien habla de la feria según le va en ella". Y a aquellos que andan en feria con la Contraloría de Francisco Barrio les está yendo -dicen- bastante bien. Palos de ciego da esa dependencia. Los peces gordos a los que Pancho Barrio debería pescar se le salen de la red. Inconsistencias jurídicas en las actuaciones dan lugar a repetidos fracasos. Sucede que la política pretende ocupar el sitio que al Derecho corresponde, y eso no lleva nunca a nada bueno. Ahora los expertos dicen que los perseguidos por el llamado Pemexgate "ya la libraron"... Una muchacha dice a otra: "-Yo solía tener unas pesadillas espantosas. Soñaba que quince hombres hacían fila para apoderarse de mi cuerpo, y cada uno me pagaba con un billete de cien pesos". "-¡Qué cosa tan horrible! -exclama la otra-. ¿Y qué hiciste?". "-Me recomendaron a un hipnotizador -contesta la muchacha-. Me hipnotizó, y ya no tengo esas pesadillas". "-¿Ya no se te aparecen los quince hombres?" pregunta la amiga-. "-Sí se me aparecen -responde la chica-. Pero ahora me pagan 10 mil pesos cada uno"... Los papás de Pepito fueron a una fiesta, y su abuelita se quedó a cuidarlo. Como el chiquillo no se quería dormir por estar viendo la tele la ancianita le dijo que le iba a contar un bonito cuento en su camita. "-Había una vez -comienza a narrar la dulce abuela-, en un remoto país del Oriente, un rey y una reina que estaban muy tristes porque no tenían hijos". La interrumpe Pepito: "-¿Por qué no tenían hijos? ¿Él era impotente? ¿Ella era frígida? ¿Sufrían algún problema orgánico?". "-¡Carajo! -exclama espantada la abuelita-. ¡Mejor vamos a ver la tele!"... El granjero estaba arando su campo. Uncido al arado traía un fino toro de registro. "-Por qué no usas el tractor? -le pregunta asombrado otro granjero-. Ese animal es demasiado caro para traerlo arando". Responde el otro: "-Es el semental, y quiero que el caón aprenda que no todo en la vida es pura diversión"... La trabajadora social quiso saber cuántos hijos tenía la señora que solicitaba la ayuda del Gobierno. "-Tengo catorce" -responde ella-. "-¡Caramba! -bromea la muchacha-. ¡Su marido debe tener un condominio!". Rezonga la mujer: "-Si lo tiene nunca se lo pone. ¿Por qué cree usted que tengo catorce hijos?"....FIN.