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De Política y Cosas Peores

Por Armando Camorra

Harrison Ford la miró con ojos en los que había inmenso amor. Luego se acercó a ella poco a poco, y tomándola delicadamente por los hombros la atrajo hacia sí. La señorita Himenia, soltera ya madura, temblaba como una colegiala. Harrison le alzó el rostro con la mano y puso en sus labios un beso suavísimo, tan suave y leve como el roce que en el aire deja un ala de ángel. La rodeó, ansioso, con el cerco de sus brazos y la estrechó junto a su corazón. Luego, como si un oleaje de amor y deseo los envolviera, arrollador, empezó a besarla ya no con la ternura de antes, sino con desbordada pasión de hombre que arde en deseos largamente contenidos y lame, y muerde, y devora. Himenia se sentía desfallecer. Su cabeza era un torbellino; ya no podía recordar la cadena de acontecimientos que la llevó a aquel maravilloso instante. ¡Ella, una mujer vacía, solitaria, verse de pronto amada por aquel hombre famoso, modelo de apostura masculina, galán que arrebataba la imaginación de millones de mujeres en el mundo! Se abandonó a sus caricias, y apenas pudo murmurar con voz salida de su más íntima esencia de mujer: "-¡Harrison! ¡Harrison!". Esas palabras bastaron para que él supiera que tenía rendida la voluntad de la mujer que temblaba entre sus brazos. La levantó en ellos como una tempestad eleva un pétalo de flor, y empezó a subir la amplia escalera que conducía al segundo piso. Sus pasos, ahogados por la gruesa alfombra roja, sonaron sin embargo en el corazón de Himenia como el acompasado péndulo de un reloj que señala el minuto de la felicidad. Llegaron a la alcoba. El amplio lecho -de satén las sábanas que en la penumbra de la habitación abrían su blancura cual azucenas desveladas- la recibió sin ruido cuando él la depositó como en el ara es puesta la víctima que anhela el sacrificio. Harrison, sin apartar de ella la intensa mirada de sus ojos de lobo, empezó a quitarse la camisa con lentos, morosos movimientos. "-¿Qué vas a hacer, Harrison?" -preguntó con tremulosa voz la señorita Himenia. Un gesto de confusión apareció en el viril rostro del artista. "-No sé -respondió desconcertado-. Tú eres la que está teniendo este sueño"... ¡Qué barbaridad! Lo que creímos la narración de un hecho real era sólo el onírico relato de algo que estaba soñando la señorita Himenia! Pobre... (Fichas biográficas. FORD, HARRISON-. Nace en 1942, en Chicago, Illinois, EUA. Después de breves actuaciones juveniles, a fines de la década de los sesentas se dio a conocer como excelente actor de películas de ficción y aventuras en el papel de Han Solo ("Star Wars") y como Indiana Jones en la serie dirigida por Steven Spielberg. Su mejor actuación, sin embargo, fue en un filme de acción y drama, "Witness", realizado en 1985, que le valió una nominación de la Academia. Otras películas importantes: "American Graffiti" (1973); "Raiders of the Lost Ark" (1981) y "Return of the Jedi" (1983). CAMAFRÍA, HIMENIA. Nace c. 1935, en un pueblo cuyo nombre ella nunca ha querido revelar pero que bien podría ser del Bajío o de los Altos de Jalisco. Adquirió las primeras letras en una escuela "amiga" y luego estudió corte y confección de ropa en la academia de Felipita Patané. Socia en su juventud de varias cofradías, renunció a ellas aduciendo motivos personales. Fue cortejada honestamente por varios jóvenes, pero ella los rechazó a todos por no ser el ideal de hombre que anhelaba. Ahora tiene como entretenimientos armar rompecabezas de 4 mil piezas)... FIN.

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