El conflicto entre los gobernadores agrupados en la Conago y el Presidente Fox deriva de una ficción: la del federalismo. Una de las grandes mentiras bajo las cuales los mexicanos hemos existido es la del sistema federal. México nunca ha sido una verdadera federación. Ni siquiera el nombre oficial de nuestro país es verdadero: Estados Unidos Mexicanos. Los vecinos de más allá del Bravo sí justifican el nombre de su nación, pues ésta se formó al unirse entidades independientes que acordaron juntarse en una sola: de las trece colonias nacieron los Estados Unidos. Imitamos nosotros servilmente su Constitución y adoptamos el federalismo, pero lo cierto es que hemos vivido siempre bajo un sistema centralista que pervive aún sin cambio. Problemas como el que ahora vemos se evitarán sólo con una verdadera reforma del Estado por la cual los Estados adquieran soberanía real. Y eso por el momento Estaca Brown... La hormiguita estaba muy sentadita en su butaca del cine viendo la película. En eso llega el elefante y se sienta precisamente en el sitio de adelante, con lo que la hormiguita ya no pudo ver. Dirigiéndose al enorme paquidermo le dice con suplicante voz: "-Elefante: ¿no serías tan amable de pasarte al asiento de al lado para que yo pueda ver?". El elefante no le hace ningún caso. Repite su ruego la hormiguita, con el mismo nulo resultado. Entonces la hormiguita se pasa al asiento de adelante del elefante, y volviéndose hacia él le dice muy enojada: "-¿Verdad que se siente feo, desgraciado?"... Va una señora por la calle y la detiene un pordiosero. "-¡Por amor de Dios, bondadosa dama! -gime el mendigo-. ¡Una limosnita para este pobre mudo!". "-¿Mudo? -se indigna la señora-. ¿Cómo mudo, si está hablando?". "-Está bien, señora -se corrige el tipo-. ¡Entonces una limosnita para este pobre indejo!"... El señor licenciado llega al restaurante donde acostumbraba comer algunas veces y cuelga en el perchero su elegante abrigo de astracán. "-Dígame usted -pregunta con solemnidad al camarero-, ¿está seguro ahí mi abrigo?". "-Está perfectamente seguro, licenciado -le responde el mesero-. No hay aquí ningún otro abogado"... Rosilita -equivalente femenino de Pepito- sufría con frecuencia enfermedades de la garganta. El médico, después de examinarla, recomendó que se le extirparan las amígdalas. Mientras la operación se realizaba la mamá de Rosilita fue a la tienda de regalos del hospital y le compró una preciosa muñeca. Cuando la niña fue llevada a su habitación la señora le puso el obsequio a un lado para que lo encontrara al despertar. En efecto, Rosilita vuelve en sí de la anestesia y lo primero que ve es la muñeca. "-¡Carajo! -se queja hablando con dificultad por el dolor que sentía en la garganta-. ¡Yo creí que los bebés se tenían por otro lado!"... La abuelita leía su Biblia. De entre las páginas del libro cae una hoja seca. "-¡Mira lo que encontré en mi Biblia, Pepito!" -dice la viejita a su nieto-. "-Caramba -responde preocupado el niño-. No vaya a ser un calzón de Eva"... El individuo llega con el oculista y le dice: "-Doctor, se me juntan las letras". "-Pues páguelas" aconseja el médico-... Celiberia Sinvarón, madura señorita soltera, llega a la penitenciaría. "-Vengo a la visita conyugal" -informa al celador. "-Cómo no -dice éste-. ¿Con cuál interno?". "-Con cualquiera disponible" -responde ansiosamente la señorita Celiberia... FIN.