Dice el papá de Pepito: "-Desde que naciste no me has dado ningún placer, ninguna satisfacción''. "-¿Pero qué tal antes de nacer?'' -responde el precoz infante-... "-Patrón -dice el empleado a su jefe-. Debería usted aumentarme el sueldo. Sepa que tres compañías andan tras de mí''. "-¿Ah sí? -pregunta con escepticismo el patrón-, ¿Cuáles compañías?''. "-La de luz, la de teléfonos y la de gas''... Te tengo una buena noticia -anuncia jubilosamente el marido a su señora-. Acabo de comprar una casa''. "-Dime -pregunta la señora-, la recámara ¿tiene un closet bastante grande?''. "-No'' -responde el marido extrañado por la pregunta-. "-¡¿No?! -se indigna la señora-. ¿Y entonces dónde diablos voy a recibir a mis amigos?''... En el Distrito Federal la contaminación es una especie de terremoto silencioso. Los temblores del 85 causaron muchas muertes, y tan grande destrucción que cientos de miles de capitalinos se espantaron y prefirieron salir de la ciudad para establecerse en otro lado antes que seguir expuestos al riesgo tremendo de los sismos. Pues bien: seguramente el smog causa tantas muertes como los terremotos, sólo que todas esas muertes pasan inadvertidas. La contaminación es una causa muy grande de mortalidad lo mismo entre niños que entre adultos: bien podría ponerse simplemente la palabra "smog'' al pie de muchos certificados de defunción en los que problemas pulmonares o cardíacos aparecen como causa del deceso. Para todos los mexicanos es la Ciudad de México sitio entrañable de historia y tradiciones, y fue en un tiempo motivo de orgullo y ufanía. Sentimos por eso verla convertida en una especie de monstruo de nuestro tiempo que concentra en sí, magnificados, todos los males y angustias derivados de la vida urbana. Una ciudad debe ser centro amable de convivencia para los humanos. Cosa muy triste es que se les vuelva una amenaza. Y eso, una amenaza continuada, es la vida en la Ciudad de México. Lástima grande, pues la Capital mexicana es hermosa ciudad llena de atractivos... La furibunda mujer dice a su marido: "-¡Eres un idiota, como todos los hombres!''. "-¡Falso! -replica el señor-. No todos los hombre son idiotas. Hay muchos solteros''... El señor narraba la historia de su familia: "Y mi tía Águeda -decía- que no se casó nunca, murió ahogada durante la Revolución''. "-¿Ahogada?'' -le pregunta alguno-. "-Sí -responde el señor-. Llegaron los revolucionarios a la casa de mi abuelo y gritaron: "-¡Si no nos da el dinero entramos por las mujeres!' Y a mi tía Águeda se le hizo agua la boca, se le hizo agua la boca, se le hizo agua la boca...''... La maestra se casó y salió de viaje con su flamante esposo, pero la luna de miel tuvo que ser interrumpida a causa de que el novio se sintió indispuesto y debió ser llevado al hospital. La mamá del muchacho recibió un telegrama urgente, rápidamente se trasladó a la ciudad donde estaban los recién casados, y fue al hospital a visitar a su muchacho. "-¿Qué te pasó hijito?'' -le pregunta con mucha angustia y solicitud maternal-. "-Nada, mamá -dice con voz muy lastimera el novio-. Lo que sucedió es que Rosibel es profesora. Me puso cero en la tarea y me ordenó que se la repitiera diez veces''... FIN.