Lluvias torrenciales habían caído durante varios días en el pueblo. Lo amenazaba una inundación total; muchas casas se habían caído ya. El padre Arsilio, cura del lugar, reunió a los habitantes en la iglesia y los exhortó a rezar para que terminara aquel diluvio. "-Un padrenuestro" -pide. Y recitan todos los feligreses: "Padre Nuestro que estás en los cielos...". "-Un avemaría" -solicita. Y el pueblo "Dios te salve, María...". En eso se oyeron crujir las tablas del techo de la iglesia. "-¡Las tablas!" -dice el buen sacerdote. Y los feligreses: "Dos por una dos; dos por dos cuatro..."... Cierto circo organizó un concurso para escoger un nuevo acto, que sería su número estrella. Se presentaron a competir una hermosa domadora y un individuo con aspecto de vago de la calle. La domadora entró en una jaula con un espantable cocodrilo. La fiera hizo el impulso de lanzarse contra la chica, pero ella lo golpeó repetidas veces con un azote metálico hasta que lo dominó. Así reducido, el cocodrilo se arrastró lleno de mansedumbre hasta llegar a los pies de la muchacha y se puso a lamerle sumisamente el cuerpo. La valiente domadora recibió una ovación. El director de pista pregunta al individuo: "¿Puede usted mejorar eso?". "-Desde luego que sí -responde el tipo-. Y ni siquiera tendrá ella que pegarme con el látigo"... Ovonio Grandbolier, el hombre más perezoso del condado, le anuncia jubilosamente a su mujer: "-¡Vieja! ¡Ya encontré un trabajo!". "-¿De veras?" -pregunta la mujer llena de gozo-. ¿Dónde?". "-En la fábrica -contesta Ovonio-. ¡Mañana empiezas!"... "-Mi novio es todo un caballero -dice orgullosamente una chica a otra-. Siempre me besa la mano". "-El mío tiene mejor puntería" -replica la otra... Una cosa es la democracia y otra el caos. Damos la bienvenida a la diversidad, al pluralismo en ideas y corrientes, pero nos preocupan las evidencias de que los partidos políticos no miran más allá de su interés, ni toman en cuenta el bien de eso que antiguamente se llamaba "el pueblo" y que ahora ya ni siquiera tiene nombre, así está de olvidado. Se ha formado una casta, la de los políticos, que se ocupan tan sólo en seguir siendo políticos, es decir, en no dejar de pertenecer a ese grupo dominante cuyos miembros son todos de la misma especie, independientemente del partido bajo cuyas siglas andan. Ellos mismos se han multiplicado sus oportunidades de empleo, de ahí el crecido número de diputados y senadores, cuya cuantiosa cifra pesa onerosamente sobre la economía nacional, a más de contribuir al permanente desorden y a la ya proverbial ineficacia de los mal llamados representantes populares. Urge un cambio... Cierto individuo, huérfano desde muy niño, fue criado por las monjitas del convento. Cuando creció salió a buscar la vida. Años después decidió regresar al pueblo de su infancia a fin de visitar a sus benefactoras. "-Les daré una gran sorpresa" -dijo para sí. Se compró un traje fino, camisa y ropa interior nueva, y unas botas de charol, epítome de la elegancia en ciertos círculos. De camino al convento hizo que el chofer del taxi se detuviera en el puente. Se quitó toda la ropa vieja que llevaba, y los zapatos, y lo arrojó todo al vacío. Luego volvió al taxi para ponerse el traje nuevo. ¡Sorpresa! ¡El malvado taxista había escapado llevándose el flamante y caro atavío! "-No importa -dice calmadamente el tipo echando a andar desnudo hacia el convento- Así la sorpresa será mucho mayor".... FIN.
