Cierto sujeto fue a los toros con su esposa. Mientras el tipo estaba muy concentrado viendo la corrida su mujer empezó a coquetear con un sujeto que tenía al lado. A poco ya estaban los dos tomados de las manos. Un rato después el tipo la tomó en los brazos. Luego empezó a besarla apasionadamente. Y en el quinto de la tarde ya la estaba haciendo objeto de caricias encendidas. Un señor muy serio que estaba en la fila de atrás no puede contenerse más y le dice al marido: "-¡Oiga! ¿Qué no ve lo que le están haciendo a su señora? ¡La están abrazando, besando, acariciando!". "-Claro que lo veo -responde cachazudamente el hombre-. Así es ella". "-¿Y si así es su mujer -pregunta con asombro el señor-, ¿Por qué la trae a los toros?". Y explica el marido: "Porque si la dejo en la casa allá sí le hacen la faena completa"... Hay quienes se espantan -¡bú!- por la nueva actitud de México en sus relaciones con Estados Unidos. Yo no. Miradme: estoy impávido. Por el contrario, aplaudo a los encargados de nuestra política internacional y al mismo Presidente por esa postura recién estrenada que da dignidad a México y hace de nosotros defensores de principios valiosos en vez de seguir acatando sumisamente las consignas de los Estados Unidos para ganarnos su buena voluntad. Algunos acusan al Presidente Fox de hablar conforme a la coyuntura del momento; de haber sustentado en Francia puntos de vista gratos a los europeos. No juzgo así las cosas: muy puestas en justicia y en razón estuvieron las palabras de Fox cuando afirmó que una nación, por poderosa que sea, no puede actuar en modo unilateral e imponer su voluntad a las demás. “Quia nominor leo”. “Porque me llamo león”, respondió el rey de la selva cuando los otros animales le preguntaron por qué se quedaba con la parte mayor de la presa. Pero no es una selva el mundo, o si lo es hemos de humanizarlo y volverlo seguro y habitable. Y el único modo de conseguir eso es el que describió Fox en sus palabras ante los parlamentarios galos: la sujeción de todos los países por igual, independientemente de su poder y de su fuerza, a normas internacionales reconocidas por todos y por todos acatadas... Una muchacha observó que su amiga se tomaba una píldora. "-¿Es una píldora anticonceptiva?" -le pregunta en voz baja-. "-No, -responde Rosilí-. Es una píldora tranquilizante". "-¿Y por qué tienes que tomar una píldora tranquilizante?" -se sorprende la otra-. "-Porque se me olvidó tomar la píldora anticonceptiva" -responde la muchacha... La profesora de Pepito le envió un recado a la mamá del tremebundo niño. "-Señora -le puso-. Si me promete usted creerle a Pepito únicamente la mitad de lo que le dice que pasa en la escuela, yo le prometo a usted que le creeré a su hijo únicamente la mitad de lo que dice que pasa en su casa"... Había dos hermanas gemelas, Identia y Similia, tan exactamente iguales que era casi imposible distinguirlas entre sí. Una noche Identia salió con su novio. Al regresar le dice a su hermana muy contenta: "-¿Te tengo una noticia, Similia! ¡Ya no somos idénticas!... FIN.
