Reuters
Nueva York, EU.- La compañía estadounidense de servicios financieros Conseco Inc. se declaró en bancarrota, la tercera mayor quiebra en la historia de Estados Unidos, y dijo que planea vender su unidad de finanzas, que atraviesa una situación difícil, para pagar sus deudas.
De esta forma, Conseco terminó dos años de esfuerzos para mantenerse a flote, a pesar de su pesada carga de deudas por más de 51,000 millones de dólares.
La empresa, una firma pequeña que en dos décadas se convirtió en una de las mayores compañías de créditos para la vivienda y seguros personales en Estados Unidos, se derrumbó bajo el peso de las deudas causadas por sus ambiciosas adquisiciones y un aumento de los préstamos en mora por el debilitamiento de la economía.
En junio del 2000, Conseco incorporó a Gary Wendt como su estelar presidente ejecutivo, quien tenía que revertir el rumbo de la firma.
Pero el ex jefe de la unidad de finanzas GE Capital, del grupo General Electric Co. (GE), no consiguió el dinero suficiente para pagar todas las deudas bancarias y en bonos de Conseco, por 6,500 millones de dólares.
Los analistas y las calificadoras de crédito estaban a la espera de la declaración de la quiebra, desde que Conseco, con sede en Carmel, Indiana, incumplió en agosto el pago de una deuda bancaria y comenzó a negociar con sus acreedores.
?Conseco puede sobrevivir, pero lo más probable es que siga como una mínima expresión de lo que fue alguna vez?, dijo Sean Egan, director gerente de la calificadora Egan-Jones Ratings Co., de Filadelfia.
En la presentación de su quiebra, Conseco reportó 52,300 millones de dólares en activos, y 51,200 millones de dólares en deudas.
Sólo la empresa de telecomunicaciones WorldCom Inc. y la comercializadora de energía Enron Corp. reportaron montos mayores de activos cuando solicitaron protección judicial de sus acreedores por sus bancarrotas.
La quiebra de Conseco cubre al grupo Conseco Inc., a su vapuleada unidad de préstamos Conseco Finance y a algunas filiales. Las unidades de seguros de Conseco, que están bajo la lupa de los reguladores de su sector, no se vieron alcanzadas por la bancarrota.
Los acreedores no han acordado un plan de reestructuración por la quiebra, dijo un portavoz de la compañía.