“Los hombres cazadores aún eran intuitivamente competitivos y autoafirmativos, cierto, como sus antepasados simios”.
Desmond Morris,
“El Zoo Humano”.
Entre las avalanchas, que como aludes de lodo nos caen encima en el amanecer del siglo están los males que al ciudadano común le acechan en esta selva de humanos y hermanos, que cual Caín no se cansan de apalearnos. Toda la caterva de vivales día a día se encargan de devastar las costumbres y usos de ética y rasgos humanos que la sociedad quiere y desea, para vivir en armonía.
Aprovechando el nulo conocimiento en los ejidatarios o comuneros en cuanto a los decretos, enmiendas, edictos y leyes que cada gobierno se saca de la manga (decir del cerebro es aplaudir a estos personajes), los depredadores y acaparadores de terrenos, y aguas se han apoderado de miles de hectáreas en las diferentes ciudades o poblados del vasto territorio nacional. Fraudes ridículos son los que a la sombra de diversas dependencias se dan a cada rato en los diversos ejidos o lotes por fraccionadores y ejecutores de obras, tanto particulares, como por parte del gobierno.
Haciendo un poco de historia no tan lejana en los tiempos de Flores Tapia, donde los de la cúpula coahuilense se adjudicaron terrenos a destajo, Montemayor, recientemente para no quedarse atrás superó en mucho al profesor Oscar Flores Tapia. En los períodos de Luis Echeverría Álvarez, la moda eran apoderarse de las viejas y arquitectónicas haciendas, que con la mano en la cintura muchos del gabinete se apropiaron sobre todo en estados sureños y del centro, esto con triquiñuelas o en precios ridículos ayudados y solapados con una Reforma Agraria “muy” prostituida (¿podría el PRI hacer esas transas?). Muchas de las líneas de investigación en la muerte del periodista Manuel Buendía coincidían por esos obscuros caminos de los funcionarios o personas poderosas que se adjudicaban grandes extensiones de tierra. En ese tiempo para nada necesitaban la componenda del artículo 27, ésa que defendieron los cientos de líderes de los campesinos cuando el orgullo de los priístas Carlos Salinas les ordenó maquillarlo para hacer sus tejes en las mejores tierras.
En la Laguna otrora tierra de grandes esfuerzos, el agua y tierra volvió a sus dueños después de pocos años (66) entre coyotes y Comisiones del Agua y Reformas Agrarias, con cientos de depredadores que son los últimos y amos en la cadena de corrupción se encargaron de despojar al ejidatario. Zapata sigue con el fusil descargado, Leyva con el arado fuera del surco, Rubén Jaramillo muerto con su familia que a falta de agua, regó de sangre la tierra de su parcela y el “Tata” Lázaro Cárdenas rojo de vergüenza o de coraje, ante la traición de los líderes campesinos y funcionarios que en aras del poder, poco o nada les importa el verdadero agricultor, donde sus líderes (CNC) ahora lloran como mujeres lo que no supieron defender como hombres.
La voracidad de consorcios lecheros y productores de forrajes es incontrolable y su gula implacable cual fiera (peor) se lanzan sobre cualquier pedazo de tierra y pozo con derecho de uso y parece que existe una intrínseca propiedad biológica del animal humano que consigue una brutal y profunda satisfacción cuando ejecuta una obra con tierras y aguas ajenas. Grandes precios residenciales donde estos depredadores marcan con bardas y casetas sus límites del radio de propiedad. (los animales lo hacen con sus orines y otras glándulas).
Líderes y ex líderes de los campesinos, que primero cual mansas ovejas llevaban al ejidatario a “donar” su voto, por el candidato PRIísta en turno por miserables vales para cervezas o devaluados 20 pesos y lonche, en el peor de los casos por escuálidas despensas de la desaparecida Conasupo, estos mismos líderes que lograron apropiarse de vastos terrenos, son ahora los enemigos acérrimos del campesino ya despojado de tierra, agua y lo que es peor, sin esperanza alguna....Ejidatarios ahora implorando al Ejecutivo que los ayude, que ejecute empleos de emergencia, que les dote de agua y tierra que aumente la aspirina llamada Procampo u les prepara otro Alka Zeltzer para la cruda realidad, que la verdad sea dicha, a quien deberán pedirles cuenta es a sus líderes charros que vendieron por buenos puestos el movimiento agrario mexicano, si no que le pregunten a Beatriz Paredes ex líder de la CNC y otros tantos guías morales que han sido senadores, diputados y gobernadores, gracias a los campesinos.
Toda una gamba de depredadores que entre tierras, bosques, selvas, playas, ríos y aguas territoriales no respetan, nada ni a nadie. En la laguna el ejemplo salta a la vista y lo que está por venir está aún peor, porque el agua se agota y se les escapa a la pobre técnica empleada por los consorcios lecheros como cedazo chicharronero.