LA CORUÑA, España .-Una labor expeditiva de las autoridades marítimas y una pizca de suerte con el clima ayudaron a España a evitar por ahora un desastre ecológico por un derrame petrolero de un buque cisterna varado muy cerca de sus costas.
"Ahora los peligros son las manchas aisladas que están llegando a la costa, pero si no llega más combustible se podrá concluir la tarea de limpieza en un mes", dijo el consejero regional de pesca Enrique López Veiga el lunes.
Una inspección el domingo por las costas reveló varias playas manchadas por el petróleo. También se veían aves cubiertas del líquido viscoso.
Una tormenta abrió una grieta en el casco del Prestige el miércoles cerca de La Coruña, a 600 kilómetros al noroeste de Madrid.
El cisterna, con bandera bahameña, derramó unas 3.000 toneladas métricas de petróleo antes de que los remolcadores lo arrastraran unas 100 millas náuticas (185 kilómetros) mar adentro.
Una declaración del ministerio de desarrollo dijo que el barco estaba ahora en una zona de responsabilidad portuguesa a cuyas autoridades se ha informado.
Sectores del mar se veían el domingo cubiertos de una capa de petróleo calculada en 40 centímetros de espesor.
Las autoridades regionales han prohibido temporalmente la pesca.
Lars Walder, de la compañía SMIT de rescate marítimo, con sede en Holanda, dijo que la grieta en el casco no se ha ensanchado y que el barco ya no derrama petróleo.
La región no se veía tan afectada como se temió inicialmente debido a un cambio en la orientación de los vientos y la decisión del gobierno de remolcar el barco a mar abierto y colocar barreras flotantes.
Las barreras se extienden 18 kilómetros y un barco anticontaminante francés es esperado pronto para contribuir a la limpieza, dijo un vocero del ministerio del interior.
La mayor parte de las 77.000 toneladas de cargo seguía a bordo del cisterna, cuya tripulación fue evacuada y sus motores apagados debido a que la vibración amenazaba ensanchar la grieta, que está por debajo de la línea de flotación y se calcula es de unos 15 metros de largo.
El gobierno español no lo autorizó entrar a puerto para descargar, temiendo un derrame más cerca de las zonas de pesca. Ordenó al barco a penetrar al menos 120 millas (193 kilómetros) en aguas internacionales.
Una vez allí, la compañía de rescate podría decidir intentar reparar la grieta, llevar el barco a otro sitio o descargar el petróleo a otro barco.
El capitán griego del cisterna, Apostolus Maguras, fue encarcelado el domingo por la noche después de cinco horas de interrogatorio. La fianza se fijó en 3 millones de euros (dólares). Se le acusa de desobedecer a las autoridades y de dañar el ambiente.