Reuters
Naciones Unidas.- El presidente estadounidense, George W. Bush, emitió ayer un resonante desafío a las Naciones Unidas sobre Iraq, al decir que si el organismo mundial no obliga a Saddam Hussein a desarmarse, “la acción será inevitable”.
Sin embargo, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que sólo las Naciones Unidas podrían autorizar el uso de la fuerza en casos que no sean claramente de defensa propia y que la acción multilateral es esencial.
“Las resoluciones del Consejo de Seguridad serán implementadas —se alcanzarán las justas demandas de paz y seguridad— o será inevitable una acción”, dijo Bush. “Y un régimen que ha perdido su legitimidad también perderá su poder”.
Numerosos estados recibieron con beneplácito el compromiso de Bush de concentrarse en la presión diplomática en esta etapa, incluyendo el respaldo a una nueva resolución.
Los aliados estadounidenses y otros dirigentes mundiales, así como muchos miembros del Congreso de Estados Unidos, han aconsejado seguir ese curso.
Bush presentó una feroz acusación contra Hussein, al decir que el líder iraquí constituye un “grave peligro” después de “una década de desafiar” las demandas de la ONU desarrollando armas de exterminio masivo.
Tambores de guerra
El discurso de Bush coincidió con una intensificación en los tambores de guerra de Washington, incluyendo el anuncio de que una importante parte del comando militar que supervisa las operaciones militares norteamericanas en el Oriente Medio será transferida, al menos temporalmente, de Estados Unidos al Golfo Pérsico.
Estados Unidos está demandando el regreso irrestricto de las inspecciones de armas de la ONU, a las que Hussein accedió tras su derrota en la Guerra del Golfo de 1991 pero que fueron abandonadas en 1998, alegando obstrucción de parte de Iraq.
Aunque se unió a Bush en demandar que Iraq cumpla con todas las resoluciones, Annan cuestionó su derecho a declarar la guerra.
Todo país tiene el derecho de responder cuando es atacado, dijo Annan. “Pero más allá de eso, cuando los estados deciden usar la fuerza para lidiar con amenazas mayores a la paz internacional y la seguridad, no hay substituto para la legitimidad inigualable que proveen las Naciones Unidas”.
Insistiendo en que la negativa de Bagdad a obedecer resoluciones previas amenaza la autoridad de la ONU, Bush dijo que Estados Unidos trabajaría con otros miembros del Consejo de Seguridad en una nueva resolución sobre Iraq.
“Lo que fue positivo en su discurso es que una futura acción está arraigada en las Naciones Unidas”, dijo a los periodistas el primer ministro noruego, Kjell Magne Bondevik.
El embajador de Gran Bretaña ante la ONU, Sir Jeremy Greenstock, a la pregunta de si espera que el Consejo de Seguridad le dé a Iraq un plazo, dijo: “Creo que el papel del equipo de inspecciones para completar el desarme es vital y que el Consejo de Seguridad se reunirá para discutir cómo se puede poner en ejecución”.