Saltillo, Coah.- El desarrollo no puede medirse sólo en cifras macroeconómicas, si éstas las estamos alcanzando a costa del deterioro de los miembros de una nación. Afirmó Raúl Vera, obispo de Saltillo.
“El desarrollo auténtico se basa en el crecimiento de todos los miembros, sin excepción, que conforman una nación. Y ella misma debe estar desarrollándose en la medida que aporta al crecimiento mundial”, dijo.
Para el religioso un reclamo sustentado en los valores culturales de todo un pueblo, es el que actualmente se escucha en México por parte de los indígenas. Quienes hace tiempo esperan del Congreso de la Unión una ley que reconozca su derecho a crecer y desarrollarse en sus propias tradiciones.
Recordó su estancia en los estados de Guerrero y Chiapas, donde existen grandes rezagos en cuanto infraestructura de comunicación, servicios de salud y educación, además de deficiencia alimentaria.
“El resultado de esa situación en Guerrero fue el resentimiento que el abandono provocaba en las personas, lo que generaba actitudes violentas entre ellos, en donde la vida se valoraba poco, lo que ocasionaba que hubiera en promedio 700 muertes por violencia al año”, dijo. “Hablo del año 1988, sin embargo, el flagelo más atroz de violencia lo introdujo el cultivo de estupefacientes en las planicies y en la sierra.”.
Raúl Vera comentó que en Chiapas la falta de tierra para los indígenas provocó el abandono de las fincas, en donde prácticamente vivían en un régimen de esclavitud y de carencia de los servicios mínimos, esto los llevó a exigir tierra y servicios a las autoridades estatales y federales. La carencia de voluntad para restablecer la justicia, provocó el levantamiento armado en 1994.
“En Chiapas en este momento, en las zonas denominadas de conflicto, los indígenas mantienen ocupadas las tierras, cuyos dueños legales han tenido que salir del área, a partir del inicio del conflicto, el 1 de enero de 1994. Dicha ocupación permanece fuera de la ley, esto se añade a la no regularización de la tenencia de la tierra para muchas comunidades, no obstante que la han solicitado desde hace años, aún antes del comienzo del conflicto armado”.
“Muchas comunidades indígenas están esperando que las desalojen con motivo de la entrada del Plan Puebla Panamá. Esto ha generando nuevos conflictos internos entre las comunidades, pues no existen puntos de referencia legales que garanticen para las familias y los grupos la posesión de la tierra, lo que los lleva a confrontaciones que muchas veces terminan en la pérdida de vidas humanas”.
Afirmó que no es justo seguir manejando la mentira para salvar el discurso político, por lo que es necesario un desarrollo equitativo para todos los sectores de la nación.