México, D.F.- El Ejército Mexicano, la Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal desmantelaron una red del narcotráfico que mantenía infiltrada a varias instituciones con el fin de evitar la captura de algunos de los principales líderes del tráfico de drogas.
El procurador Rafael Macedo de la Concha agregó que el grupo --formado por servidores públicos corruptos que permitían el libre accionar de la delincuencia-- estaba infiltrado en diversas instancias de gobierno encargadas de combatir a la delincuencia.
En una conferencia acompañado por los titulares de las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena), Gerardo Clemente Vega García, y Seguridad Pública (SSP), Alejandro Gertz Manero, el procurador señaló que, conforme a las diligencias de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO), en coordinación con la Agencia Federal de Investigación (AFI), la Sedena y la SSP, ubicaron elementos infiltrados en las instituciones públicas para transmitir información sensible a las organizaciones criminales.
Dichas instituciones, añadió, "fueron infiltradas en áreas en las a que individuos sin escrúpulos ni valores han traicionado la confianza de las instituciones y, desde luego de la ciudadanía, impidiendo operaciones contra el narcotráfico".
Insistió que dicha red estaba formada por servidores públicos y ex servidores públicos corruptos, miembros de la delincuencia organizada, quienes "han entregado información privilegiada de investigaciones a los operadores de diferentes cárteles, quienes utilizaban la misma para corromper a más servidores públicos deshonestos y de esta manera lograr la impunidad en su accionar".
En la acción conjunta se logró la detención de 25 personas que mantenían una amplia red de contrainteligencia, la cual estaba integrada por ex judiciales, ex militares y miembros de la ya desaparecida Dirección Federal de Seguridad.
A través de estas acciones se descubrió que el grupo operaba para brindar protección a los carteles de Vicente Carrillo Fuentes, de Joaquín Guzmán Loera "El Chapo" y Juan Diego Espinosa Ramírez "El Tigre", entre otros.
Se reportó que el encargado de orquestar todo el aparato de contrainteligencia era liderado por Francisco Tornez Castro, ex militar, ex agente de la Dirección Federal de Seguridad y actual integrantes del área de Motopatrullas de la policía de Guerrero.
A raíz de esta acción, 22 integrantes de la organización criminal ya se encuentran recluidos en el Reclusorio Sur de la ciudad de México, mientras que otros tres permanecen arraigados.
En esta operación se logró el aseguramiento de armas y vehículos (tres de ellos blindados) y más de 2 millones de dólares. Entre los integrantes que se infiltraron a las instituciones federales se encontraban uno de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Contra la Salud, dos de la PGR, uno de la PFP y dos de la Sedena.