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MÉXICO, D.F.- Mientras el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes anunció recientemente la confirmación de la inversión por 40 millones de dólares para la edificación de un nuevo Museo de Arte Contemporáneo, inmuebles como los que ocupan el Museo Nacional de San Carlos y el Ex Teresa Arte Actual presentan un progresivo deterioro.
Aunque en su segundo informe de actividades, Sara Bermúdez anunció que el Conaculta “trabajó en la restauración, remodelación o mantenimiento mayor” de ambos recintos, durante una visita por sus instalaciones El Universal constató la necesidad de invertir aún más para detener el proceso de degradación.
El emblemático edificio de la colonia Tabacalera, en el que hoy se encuentra el Museo Nacional de San Carlos, se está hundiendo.
Este inmueble fue construido por el arquitecto y escultor valenciano Manuel Tolsá (1758-1816), a fines del siglo XVIII.
Roxana Velázquez, directora del museo, señala que el principal problema por el que atraviesan es el del “hundimiento natural de un edificio tan antiguo”.
De acuerdo con Roxana Velázquez, actualmente se realiza un estudio de las condiciones del inmueble para establecer qué tan grave es el daño. Ocho escalones a la entrada del museo ejemplifican el marcado hundimiento.
“Hemos trabajado muy cerca con la Dirección de Arquitectura del INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes) para realizar un estudio de lo que se necesitaría en inversión para restaurar este edificio, pero más que restaurarlo necesitamos frenar su deterioro”.
El inmueble de Puente de Alvarado número 50 lo mismo ha sido habilitado como museo de objetos raros, que una conocida fábrica de cigarros, sede de la Lotería Nacional, Escuela Nacional Preparatoria y Escuela de Enfermería.
“Algo sucede en el patio que se está tensionando la cantera. Es un problema muy grande que tiene muchos años, pero ya se están haciendo calas que permitirán saber qué tantos centímetros se va moviendo el edificio cada cierto tiempo. El análisis, realizado por la empresa Colinas de Buen, estará listo a principios de enero”.
Aunque dice que no es de gravedad, pero sí de atención, Velázquez minimiza el problema de la cantera que se está desmoronando, y que ha provocado la caída de la mayoría de los macetones que corona la balaustrada del patio principal.
Respecto del proyecto de edificar un nuevo Museo de Arte Contemporáneo, la directora de San Carlos señala que preferiría que antes se le hicieran mejoras al Museo de Arte Moderno (MAM), “ya que se construyó en los años 60 y tiene bastantes fallas.
Que las obras estén sufriendo deterioro es fatal para el arte moderno. Es urgente ponerle un remedio al MAM para albergar mejores exposiciones y hacer uso de la obra que tienen en bodega, las cuales creo que son pésimas. Es importante que lo que ya tenemos sea atendido”.
Otro problema latente
En el ex templo de Santa Teresa la Antigua, ubicado entre el Palacio Nacional y el Templo Mayor de la Ciudad de México, se encuentra la sede encargada de impulsar las manifestaciones de punta, es decir las piezas artísticas como el performance, la instalación, el video, la música contemporánea, la danza y el teatro experimental.
La intervención que se le realizó al inmueble durante el presente año no fue más allá de la pintura, pues los daños estructurales que sufre el edificio no sólo permanecen, sino que se incrementan.
Se trata de un inmueble construido en siglo XVII para el convento de San José de las Carmelitas Descalzas, sin embargo a través de los años se ha utilizado para diversas funciones como cuartel militar, escuela normal para hombres, la Universidad de Vasconcelos, imprenta del diario oficial y al Archivo de la Secretaría de Hacienda.
Ya en diversas ocasiones artistas visuales como Mónica Mayer, quien ha trabajado muy de cerca con el recinto, denunciaba “la gran grieta que cruza la capilla”, así como las deficiencias en la instalación eléctrica y la fosa séptica. Fallas que el propio director, Guillermo Santamarina, reconocía.
“El templo de Santa Teresa está en pésimas condiciones y urge arreglarlo”, opinó en meses pasados Mayer. Después de un recorrido, las condiciones no son diferentes y además el edificio cada vez se inclina más.