Reuters
INTERSECCION DE KARKUR, Israel.-Atacantes suicidas palestinos detonaron ayer un coche cargado de explosivos cerca de un autobús en el norte de Israel, matando a por lo a 14 personas e hiriendo a más de 40, informó la policía.
La explosión, que arrojó sombras sobre a una misión de paz estadounidense prevista a comenzar posteriormente esta semana, convirtió el autobús que viajaba entre las ciudades de Hadera y Afula en un infierno de gritos y cuerpos quemados.
El autobús estalló envuelto en llamas, arrojando una nube de humo al cielo, y provocando que las municiones de los soldados a bordo reventaran en una serie de estallidos. “Se produjeron explosiones sin parar”, dijo Michael Yitzhaki, que logró escapar. “Las llamas se tragaron el autobús con una velocidad asombrosa (...) no pudimos entrar a salvar a nadie. Fue muy difícil ver a gente a las que ya no podíamos ayudar”.
Usando una táctica raras veces aplicada durante el levantamiento palestino de dos años contra la ocupación israelí, dos palestinos se aproximaron a la parte trasera del autobús mientras recogía pasajeros y detonaron su carga de explosivos. Varios pasajeros lograron escapar, algunos de ellos saltando por las ventanas, pero otros quedaron atrapados dentro y murieron quemados.
El grupo militante palestino Yihad Islámica se atribuyó la responsabilidad del atentado, dijo el canal de televisión Al-Manar de Hizbulah.
Yihad Islámica estuvo detrás de un atentado explosivo similar en junio contra un autobús en la Intersección de Megiddo, en el norte de Israel, que dejó 17 muertos.
David Baker, un funcionario de la oficina del primer ministro Ariel Sharon, responsabilizó a la Autoridad Palestina de Yasser Arafat del ataque, acusación que los asistentes del líder palestino siempre han negado.
Arafat condenó el atentado.
“Ustedes saben que la decisión de la dirigencia palestina es que se opone a los ataques contra civiles palestinos e israelíes.
Rechazamos tales ataques contra civiles”, dijo Arafat a los periodistas en las afueras de su cuartel general en la ciudad de Cisjordania de Ramallah.
ESPECTRO DE REPRESALIA ISRAELI La explosión fue el primer atentado palestino perpetrado en Israel desde el 10 de octubre, cuando un militante suicida palestino se voló en una parada de autobús cerca de Tel Aviv, causando la muerte de una anciana.
El ataque, cerca de la localidad de Pardes Hanna, unos 50 kilómetros al norte de Tel Aviv, originó temores de una enérgica respuesta militar israelí, a pesar de los llamamientos de Washington a favor de la calma, en momentos en que busca el respaldo árabe a una posible guerra estadounidense contra Iraq.
“Fue como un terremoto. Todo el autobús está quemado y no queda nada de él”, dijo a la televisión israelí el testigo Meital Ziskin.
Otro hombre, Reuven Oren, dijo a Radio Ejército que la explosión “levantó una nube de humo negro. Fue enorme”.
Fuentes de seguridad israelíes dijeron la semana pasada que los palestinos, que libran una insurrección de dos años por la creación de un estado, planeaban perpetrar unos 20 ataques en Israel próximamente.
“Los terroristas palestinos están librando una guerra en las calles, los cafés y las carreteras de Israel”, dijo Baker a Reuters.
ISRAEL POSPONE RETIRADA DE HEBRON Previamente el lunes, las fuerzas israelíes habían pospuesto hasta finales de semana una retirada parcial de la ciudad cisjordana de Hebrón, en un aparente gesto de buena voluntad ante la llegada de una misión de paz de Estados Unidos.
Sin embargo, la violencia estalló en la Franja de Gaza, donde el ejército israelí dijo que había matado a dos palestinos armados en un intercambio de disparos cerca del asentamiento judío de Kfar Darom.
Se esperaba que el enviado de Estados Unidos, William Burns, que se encuentra de visita por Oriente Medio y planea llegar a Israel a mediados de la semana, pida a ambas partes que hagan algo para restablecer la calma, al tiempo que Washington busca el apoyo de los árabes ante una posible guerra contra Iraq.
La capacidad de maniobra del primer ministro israelí, Ariel Sharon, sin embargo, parecía limitada ya que sus ministros amenazaron con romper la coalición de gobierno por el desmantelamiento de un asentamiento judío en Cisjordania.
Al menos 1.625 palestinos y 611 israelíes han muerto desde que comenzó el levantamiento palestino en septiembre del 2000, tras un estancamiento de las conversaciones de paz.
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