POR: LUIS MORALES CORTÉS
Y CRISTAL BARRIENTOS TORRES
EL SIGLO DE TORREÓN
COMARCA LAGUNERA.- Lulú vive en una lejana colonia precarista de Gómez Palacio; tiene cinco hijas y cada semana, sobrevive con los 700 pesos que su marido gana en un establo.
“Ya me quiero ir de aquí; no hay futuro para mis hijas”, dice la joven madre de 35 años.
La casa de Lulú se localiza en la segunda etapa de la colonia Leticia Herrera, detrás del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Gómez Palacio. Vive ahí desde hace tres meses, tras ser reubicada de la colonia Arturo Gamiz.
Paredes de cartón y madera, piso de tierra y una división de dos cuartitos es todo el patrimonio familiar.
Papas, frijoles, sopas y aceite son los ingredientes básicos de la despensa de Lulú. “La carne sólo la comemos cuando nos la regalan”.
“El apoyo del Gobierno no nos llega”, afirma; explica que la familia no resultó beneficiada dentro del programa “Oportunidades Contigo”, porque tiene una televisión y una lavadora.
Como la de Lulú, mil 646 familias quedaron fuera del programa de Sedesol; una de las principales causas es que no existen para el sistema de selección, pues los lugares que habitan no están registrados en la base de datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Lourdes de 11 años, Érika de 9 años, las cuatitas Yadira y Jessica de 5 años y Morelia de 3 años, son las hijas de esta joven que añora regresar con su familia y dice que a su marido lo conoció en Estados Unidos desde hace 12 años.
Comprar carne, un sacrificio
Comprar 20 pesos de carne es todo un sacrificio para Sanjuana. Por eso, casi siempre su familia se alimenta de sopas, frijoles y tortillas: “para que le voy a echar mentiras, a veces hasta la panza nos duele de hambre”.
A un costado de las vías del ferrocarril, sobre la prolongación Diagonal Las Fuentes en Torreón, se encuentran ubicadas varias colonias construidas de cartón y hule. El común denominador es la falta de servicios básicos como pavimento, agua potable y drenaje.
Algunas de esas colonias ni siquiera tienen nombre: las familias sólo llegaron y comenzaron a construir sus viviendas sobre un pedazo de tierra y se olvidaron de bautizarlas. Las más conocidas son la Rocío Villarreal y la J. Luz Torres.
En la casa de Sanjuana sólo hay una cama, una parrilla que sirve de estufa, una mesa de plástico con dos sillas, un sillón, además de una pequeña televisión. Su casa apenas mide los nueve metros cuadrados: la recámara, comedor y estufa están sobre el mismo pedazo de tierra.
Juan, el esposo de Sanjuana, se gana la vida trabajando como lavacoches. Su sueldo depende del día y de la temporada: “cuando llueve gana menos, nadie lleva a lavar los carros, ahí sí que nos las vemos duras para conseguir qué comer”.
Para poder ganar 100 pesos por día -cuando le va bien-, Juan debe trabajar más de 12 horas: “casi no lo veo en todo el día, pero hay que salir a ganarse la papa porque de por si está uno fregado y si no trabajas te va peor”.
Sanjuana y Juan no son los únicos que sufren para completar el gasto de la casa y para comer. Teresa y sus tres hijos viven en la colonia Rocío Villarreal, al igual que la familia de Sanjuana, la mayoría de las ocasiones su alimentación se basa en frijol, tortillas y sopa, pues a los pequeños no les gustan las verduras.
Sin embargo, la principal preocupación de las familias de estos sectores no es comprar carne para comer, sino guardar dinero para comprar hule y cartón, sobre todo en la temporada de invierno, pues es cuando la lluvia les destroza sus humildes viviendas y hasta acaba con los pocos muebles que tienen.
“Ya estamos acostumbrados a comer siempre lo mismo, pero cuando llueve nos urge más conseguir dinero para comprar cartón y hule que comprar leche o carne, es que siempre se mojan los colchones, a veces hasta nos tenemos que ir a dormir con mis suegros por eso”.
Aquí no hay festejo
En Torreón pasaron desapercibidos tanto el Día Mundial de la Alimentación como el Día Mundial de la Erradicación de la Pobreza: la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), no organizó ningún tipo de actividades, además la coordinación regional de esta dependencia no cuenta con estadísticas de los índices de pobreza en el municipio.
José María Hernández Molina, coordinador regional de Sedesol, informó que la dependencia cuenta con varios programas para combatir la pobreza como “Empleo Temporal”, mismo que se aplica en los cuatro municipios de la Comarca Lagunera de Coahuila, excepto Torreón.
El programa de Empleo Temporal consiste en dar trabajo a los campesinos cuando no es temporada de cosechas. El jornal se les paga a 34 pesos diarios y de acuerdo a la tarea a desempeñar es la duración del programa.
“Ésa es la forma en que la Sedesol ayuda a combatir la pobreza, además tenemos otros programas como “Vámonos de Pinta” y “Estatales por Demanda”, en los cuales el Municipio realiza obras en las colonias o ejidos y si por cuestiones presupuestales no alcanza a ejecutarlas, a través de este programa se inyectan y se aplican recursos federales para la culminación de las mismas”.
Las obras donde se apoya con recursos estatales son: construcción de banquetas, circuitos viales, descargas domiciliarias, entre otras. De acuerdo a José María Hernández Molina, la función de la Sedesol es meramente normativa.
“A través de los convenios de desarrollo social entre el Gobierno del Estado y el Gobierno Federal, quienes ejecutan son las dependencias estatales y municipales, a nosotros nos corresponde verificar que las obras se cumplan de acuerdo a la normatividad establecida”.
Respecto al número de pobres en el municipio, Hernández Molina dijo: “tanto como estadísticas no tenemos porque son muy variadas, los datos no los tenemos como tal porque en realidad nosotros nos coordinamos con el Municipio y ellos nos dan la información sobre los índices de pobreza”.
El funcionario federal también fue cuestionado sobre las actividades que la dependencia federal organizó en el Día Mundial de la Alimentación y el Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza: “actividades como tal no, tenemos pensado asistir a un evento en fechas próximas, que es organizado por la Comisión Nacional de Zonas Áridas, donde se analizarán alternativas para hacer productivo al semidesierto”.
José María Hernández Molina dijo que las acciones de la Sedesol no serán capaces de combatir la pobreza: “por más programas que existan de carácter social nunca serán suficientes para paliar las condiciones en las que se encuentra mucha gente”.
Faltan apoyos
Lulú está consciente de que necesita buscar otras oportunidades para ofrecerles un mejor futuro a sus hijas, dice que requieren de ayuda como despensas, que se preocupa por las enfermedades que ocasiona el vivir en la tierra y a veces rodeados de la basura que tiran los mismos vecinos.
“Ya le dije a mi esposo, que sí nos vamos a ir. Soy de Morelia, Michoacán, ahí conozco gente. La verdad aquí me agüito mucho, todo está bien lejos”.