Es necesario respetar el poder de las palabras y de los pensamientos tanto nuestros como ajenos. Nuestras ideas e inspiración a veces se originan en otras personas, son externas a nosotros. Pero si no tenemos cuidado, es fácil que otras personas introduzcan sus ideas e intenciones en nuestra mente y nos hechicen. Nunca debemos permitir que otros controlen nuestra mente. No tenemos ninguna razón válida para creer lo que otros dicen. ¿Qué cosas le dicen otras personas? ¿Qué hechizos le han lanzado sobre su vida? ¿Qué frases resuenan todavía en su mente, y a quién le pertenecen? Recuerde que las palabras son poderosas y no deje que los demás las introduzcan en su mente.