SALTILLO, Coah.-- La dirigente de la Sección 87 del Sindicato de Trabajadores de Salud en Torreón, Rosario García Padilla, calificó a la disidencia que hay al interior del gremio como de un grupo “frustrado” que durante 30 años ha buscado el poder y no lo ha conseguido; y negó categórica que haya nepotismo y tráfico de influencias en dicha organización, por parte de su comité directivo.
Esto se desprende de declaraciones vertidas a EL SIGLO por García Padilla, entrevistada en el Congreso, donde estuvo presente junto con 80 trabajadores y trabajadoras de la Sección 87 que demandaron al presidente de la legislatura Heriberto Ramos Salas, que pida al diputado local del PT, Virgilio Maltos Long, que no intervenga en la vida interna del mencionado sindicato.
Consideró que hay una intromisión del diputado Maltos Long y otro grupo de legisladores “en la vida interna del Sindicato y de la propia Secretaría (de Salud)” .
Según sus palabras, la función de los legisladores es escuchar a cualquiera que va a quejarse al Congreso, “pero no convertirse en defensores de malos trabajadores”.
Explicó que hace días estuvo en el Congreso un grupo de trabajadores del Sindicato de Salud que manifestaron ser víctimas de injusticias y de despidos injustificados, pero que todo eso es falso; “porque ese grupo solo trata de sobresalir y de hacerse promoción para la próxima renovación del comité, que es en 2003”.
P.- ¿Hay libertad de disidencia sindical en la Sección 87?- se le preguntó.
R.- “Este grupo tiene más de 30 años tratando de llegar al poder y no lo ha logrado. Entonces es un grupo frustrado porque no ha logrado convencer a la gran mayoría de que le emitan su voto”-, respondió.