Washington (EFE).- Algunos diuréticos antiguos y baratos son más eficaces para el tratamiento de la alta presión sanguínea que los medicamentos más recientes y caros, dijo el director del Instituto Nacional de Corazón de EEUU, Claude L'Enfant.
"Las pruebas muestran que los diuréticos son la mejor opción para el tratamiento de la hipertensión y que reducen los riesgos de complicaciones, tanto médicas como económicas", sostuvo L'Enfant en una conferencia de prensa.
L'Enfant presentó un estudio realizado con más de 40.000 hombres y mujeres con alta presión arterial, que es el más extenso de su tipo hasta ahora, en el que se compara el tratamiento con los diuréticos más antiguos, conocidos como píldoras de agua, y los más nuevos.
Los pacientes a los cuales se les diagnostica alta presión arterial deberían comenzar el tratamiento con un diurético para ver cómo funciona y sólo deberían agregar compuestos tales como los inhibidores conocidos como ACE o bloqueadores beta si es necesario bajar más su presión, indicaron los investigadores.
Los diuréticos bajan la presión arterial eliminando el exceso de agua en el cuerpo aumentando la frecuencia de la micción.
Las autoridades sanitarias calculan que unos 50 millones de personas en Estados Unidos -y de 200 a 300 millones en todo el mundo- tienen alta presión sanguínea, un trastorno que es el principal factor de riesgo de enfermedad cardiaca.
En Estados Unidos hay unos 24 millones de personas que toman medicamentos para bajar su presión sanguínea y en ello gastan cada año unos 15.000 millones de dólares.
En 1982 los médicos recetaban los diuréticos en el 56 por ciento de los casos de alta presión arterial tratados con medicamentos, pero hacia 1992 este tipo de tratamiento había bajado al 27 por ciento.
"Muchos de los nuevos medicamentos fueron aprobados porque reducen la presión sanguínea", explicó L'Enfant.
Pero nunca se había hecho un estudio comparativo extenso del efecto de los nuevos compuestos y los viejos diuréticos.
"A menudo estos medicamentos más costosos se promovieron como si tuviesen ventajas sobre los más viejos, lo cual contribuyó al aumento rápido de su uso", opinó L'Enfant.
Entre 1982 y 1992, según el estudio presentado hoy, los pacientes y las compañías de seguros médicos hubiesen ahorrado unos 3.100 millones de dólares si se hubiesen ajustado al tratamiento de la presión sanguínea con los viejos diuréticos en lugar de recurrir a los nuevos medicamentos.
Para las pruebas los investigadores separaron a los pacientes en cuatro grupos, que recibieron el diurético clorotalidona, el bloqueador de canal de calcio o bloqueador beta amlodipina, el inhibidor de ACE lisinopril, o un medicamento conocido como bloqueador alfa adenégico.
Los resultados, según L'Enfant, mostraron que los viejos diuréticos son más eficaces para contribuir en la eliminación del exceso de agua en el cuerpo, tienen menos complicaciones secundarias y son más baratos.