SALTILLO, Coah.—Pese a que tenía el conocimiento de que había peligro, el dueño del pozo carbonero que se derrumbó el pasado viernes 8 en el municipio de Progreso causando la muerte de dos mineros, hizo caso omiso de las advertencias de la Secretaría del Trabajo y por cuenta propia siguió con la extracción del mineral. Por lo pronto, las autoridades suspendieron el funcionamiento de ocho minas que presentan riesgos para los trabajadores, en esta zona.
Esto fue informado por el director estatal de Inspección del Trabajo de la delegación de la Secretaría del Trabajo, Raúl Sarmiento Villegas, quien dijo que se integra el dictamen de las causas del accidente del pozo “El Ajuste”, donde murieron ahogados y sepultados los mineros, para remitirlo al Ministerio Público, quien determinará si procede acción penal contra Álvaro Pérez Hernández, dueño de la mina de la tragedia.
Sarmiento Villegas, dijo que desde mayo próximo pasado la Secretaría del Trabajo le dictó 41 medidas de seguridad al dueño del pozo, y que se le indicó que suspendiera los trabajos de extracción hasta que cumpliera con las observaciones que se le hicieron a la mina, por el peligro que representaban los riesgos y anomalías detectadas.
Explicó que en mayo pasado, sobre todo se le pidió a Pérez Hernández que llevara a cabo una medición de concentración de gas metano en el pozo, y que realizara una exploración de un área de seis metros cuando menos, más allá de las paredes de la mina, para detectar mantos subterráneos de agua que provocaran derrumbes.
Dijo que precisamente sucedió lo que los inspectores habían advertido; es decir, los mineros fallecidos se toparon con una bolsa de agua que remojó las paredes y originó el derrumbe, que ahogó y aplastó a los infortunados trabajadores.