Matamoros, Coah.- ¡Lo que la avenida del río Aguanaval se llevó en el año de 1996!... todo un ejido "Nuevo Reynosa'', municipio de Viesca, Coahuila, a seis años de la tragedia, los habitantes de esa comunidad recuerdan lo que nunca olvidarán, una inundación que dejó a 89 familias sin casa, sin tierras, sin bienes materiales, se acabaron los animales de pastoreo, entre otros, ni calles, ni un sector habitacional.
Afortunadamente todos con vida, lo que les permitió empezar de cero, en otro lugar y tener lo que ahora con grandes sacrificios han logrado, por eso, Celestina Romero Jiménez, 40 años de edad, recordó el día seis de octubre de 1996, en plena madrugada, con cuatro hijos en brazos, uno bebé, los soldados (los elementos del Ejército Mexicano) casi la arrastraban para llevársela de lo que era toda su vida, su casa, desde que tenía uso de memoria, era su tierra y no se quería salir.
Cuando de plano vio que después de diez días de llover y llover sin parar, y viendo el agua que cada vez subía más, aceptó que la sacaran de su casa, sin soltar a sus "chamacos'', iba gritando... !mis gallinas, mis pollitos, por favor señores no dejen morir mis animales, se los traen por favor!...
Eran alrededor de 600 personas en las mismas condiciones, todos fueron evacuados y vieron como se acabó un ejido; no alcanzaron a realizar el festejo del aniversario del reparto agrario, que celebraban el 20 de Noviembre.
Con lagrimas en los ojos, (que brotan por el sólo recuerdo de ese día), Celestina Romero, dijo que la nueva fecha y su nueva vida, lo festejan ahora todos los habitantes de Nuevo Reynosa, el diez de noviembre, día en que después de permanecer más de mes en un albergue de Gabino Vázquez, llegaron al lugar en el que viven actualmente.
Su nueva tierra, se localiza a cinco kilómetros, de donde estaban antes, que se quedó convertido en ruinas, su nueva casa, un gran terreno alto, para evitar precisamente que futuras avenidas del río Aguanaval, les ocasionara lo mismo.
Empezaron de la nada, una casa de cartón, un techo de carrizo, otros jacales, no tenían más que sólo cuatro palos enterrados y tela alrededor, lona, o cobijas, de lo mismo que les habían dado en los días que se convirtieron en damnificados.
La ayuda llegó de todas partes.
Todos los municipios de la Comarca Lagunera, los ayudaron a salir adelante, las autoridades municipales llegaron a ofrecer ayuda, las instituciones de servicio también, recuerdan con cariño a Cáritas de Torreón, el alcalde de Viesca, en ese entonces, Germán García Rey, les hizo llegar la ayuda del Gobierno del Estado y Gobierno Federal.
Los estudiantes de la Universidad Iberoamericana, entre otros alumnos de las instituciones educativas, acudieron en su ayuda, la Secretaría de Desarrollo Social, las autoridades municipales de Matamoros y personas de la ciudad, estuvieron con ellos en todo momento.
Otro recuerdo, ¡todo desolado!.
Antonia Ramírez, vecina del ejido Nuevo Reynosa, dijo recordar también esos días, en el que por la avenida del río Aguanaval, lo perdieron todo, pero lo que casi la desplomó, fue cuando vio todo aquello desolado, desaparecieron las casas y lo poco que quedó, eran ruinas.
¡No se imaginan, si no lo han vivido, lo que eso significa!... las autoridades les permitieron pasar, y ver que de todo, de todo, el agua se lo llevó, no quedó nada!...
Eso la hizo pensar y reflexionar, "no somos nada'', en ocasiones las personas, se hacen a la idea que los bienes materiales lo son todo en la vida, y sin embargo, ella aun cuando ha luchado otra vez desde abajo, para hacerse de nuevo de los bienes materiales que tenía, lo que le sucedió la hizo pensar, que lo más importante es estar bien, tener salud.
Comentó que afortunadamente en ese desastre, no le pasó nada a ella, ni a su familia, ni se registraron desgracias que lamentar entre los habitantes de esa comunidad.
Los ejidatarios.
Los ejidatarios tuvieron que permutar sus tierras, lo que ellos le llamaron el nuevo reparto agrario, por lo que también empezaron de la nada, para trabajar en tierras en las que hasta ese entonces no conocían, cuando lo que tenían se los había entregado el Reparto Agrario de 1936.
La comunidad.
Las familias de Nuevo Reynosa, ahora lo que están pidiendo es tener fuentes de empleo, luego que con todas las inclemencias del tiempo, una nevada en el mes diciembre de 1998, perdieron una granja de pollos (se murieron por el frío), que el sistema Fondo de Empresas en Solidaridad, les había apoyado para instalar y recuperarse en lo económico.
Otras tareas realizan las mujeres, trabajos manuales, hacen carbón, entre otras actividades, con las que están tratando de ayudar a la economía familiar.
Nuevo Reynosa.
La comunidad de Nuevo Reynosa, se puede decir que es pueblito moderno, tiene calles que no se puede ver en otros ejidos.
Por su modernidad, las casas todas se ven igual, parecen las del sistema de vivienda nacional, lo que tampoco se puede ver en un ejido.
Tiene un trazo para la construcción de un bulevar, cuando un día lo lleguen a tener, a cinco kilómetros de ese lugar, se contrasta las "ruinas'', de lo que fue Nuevo Reynosa, las cuales tienen un mensaje (dicen quienes vivieron ahí) para quienes fueron sus moradores, !vive feliz que eso está en ti, lo demás, todo un día se acabará!...
UBICACIÓN:
Nuevo Reynosa, municipio de Viesca, se localiza a 17 kilómetros de Matamoros, por la carretera federal, libre a Saltillo, se ubica a cinco kilómetros entrando por la carretera La Herradura de Viesca, Coahuila.
Es la comunidad límite entre Viesca y Matamoros, por lo que vecinos de ese sector, se encuentran como tantas ciudades de los municipios y estados del país, en los que sólo separa la geografía política a los habitantes de un lugar con el otro.