A mi nieto Ian Stump Ugarte, que hoy cumple 12 años.
A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Sí, sólo que hoy los altos curas se creen Dios -no nada más sus únicos intermediarios- y por si fuera poco también se sienten el alter ego del César. Influyen a todas horas y en todas partes en la vida social y política del país. Salinas les abrió la puerta para que apoyaran su reelección y hoy el clero se volvió a meter hasta la cocina del Poder, como si no existiera la división del Estado y de la Iglesia. Día tras día la TV los apuntala más y más. Juárez no debió de morir ni menos aún el Congreso debió permitir que lo removieran de Los Pinos -no sólo su retrato- como sucedió al llegar Fox. El surrealista Presidente se apresuró a lanzar su escudo de ?águila mocha? y a desaparecer la dicha división. Y eso que por lo menos tuvo el valor de casarse sólo por lo civil, quedando excomulgado según los viejos cánones por más triquiñuelas que haga su abogado Onésimo para ?regularizar? la situación de los reyes católicos.
UNO DE LOS GRANDES ERRORES DE LA IGLESIA MEXICANA ?MODERNA? es enviar a curas ajenos a ?gobernar? las comunidades en detrimento de los sacerdotes locales, en ocasiones muy queridos por la gente. Hace poco en Ciudad Victoria, Tamaulipas casi linchan a un cura pederasta que abusaba de los niños del catecismo. Pero no se supo si por ese pecadillo tan venial, común e impune entre los curas, o porque era oriundo del estado de Hidalgo. Extrañaban a su párroco local. Así es en todo el país. Pero en Acapulco se da quizás el ejemplo más escandaloso de esa estrategia de la iglesia de enviar extranjeros perniciosos, pedófilos o no (nadie puede poner las manos al fuego por estos señores) a altos puestos. ¿Qué rayos hace un maligno jalis.........ciense de arzobispo de un puerto guerrerense? Felipe Aguirre Franco ya estuvo también en Chiapas. Como cura ?socialité? -dirían los cursis- se la pasó atacando a Samuel Ruiz. Se llevaba de piquete de panza con el entonces gobernador, Patrocinio -o ?Latrocinio?- González Garrido. En Acapulco igual anda de cóctel en cóctel ahora pegadito al nuevo alcalde, el perredista Alberto López Rosas, quien aparece en algunas fotos ¿amañadas? casi en el besamanos que Fox puso de moda.
Las autoridades estatales y municipales, así como altos personajes de la sociedad local, lo toleran erróneamente y hasta lo camelan? a ver si por las buenas, dicen, deja de hacerle a Acapulco el daño que le hace?. ¿Será eso gobernar? ¿La alcaldía se ejerce en forma bicéfala, a través de un presidente municipal y del citado monseñorón?
QUE EL ARZOBISPO TRABAJE EN LO SUYO no en lo nuestro, claman los hoteleros y los cientos de prestadores de servicios que en los últimos años han puesto de nuevo en el mapa del turismo de calidad el nombre de Acapulco. Esos a los que Aguirre Franco friega por querer apoderarse en exclusiva del negocio. Ha prohibido para el año 2003 que se lleven a cabo las bodas en cualquier lugar que no sean las iglesias porteñas de su propiedad y control. En el 2002 sólo ?permitió? las bodas ya contratadas. Esto, según el notario del Tribunal Eclesiástico, García Siller, no es legal dentro de la propia Iglesia. Ah, pero el arzobispo oficia misas en donde se le pega la gana: En la misma playa que niega a las parejas que desean casarse frente al mar, en el diario el Sol de Acapulco en el que actúa como dueño, en el Centro de Convenciones que sigue manejando la familia Figueroa, en un salón en que democráticamente también se escenifica ?Aventurera?, en un barco escuela que pasa por aquí. Donde le pagan, pues. Ahora anda en busca de que le regalen un terrenote para su business frente al océano que prohíbe a otros.
Del aspecto moral y humano ni se ocupa -sólo se concreta a perorar contra los casinos- y eso que un sacerdote de verdad tendría una labor ingente. Acapulco es actualmente el número uno del país en la horrible materia de la pedofilia y la prostitución infantil, sin hablar de la adulta. Tiene también otro título de horror: es uno de los punteros en enfermos de SIDA. ¿Y hace algo este pastor para remediar estas pequeñeces?
CUANTIFICAR LOS DAÑOS es lo que hacen muchos acapulqueños menos agachados que las autoridades. Piensan demandar a la Iglesia Católica por la anunciada desaparición de miles de empleos y es que no es cosa menor. Se calcula que las bodas de postín a la orilla del mar atrajeron este año a más de 120 mil visitantes de alto poder económico. Este turismo mueve desde aviones hasta choferes, desde flores y música hasta fuegos artificiales, hoteles, restaurantes, discotecas, modistas, etc. Es infinita la gama de bienes y servicios de calidad que echaron a andar las bodas. Se calcula, basándose en esa cifra de 120 mil visitantes (sin contar acompañantes que no van a los eventos mismos) y con un promedio muy conservador de tres mil pesos gastados por persona en un fin de semana, que directamente la sociedad acapulqueña percibió 45 millones de dólares, sin hablar de la publicidad hecha al puerto por revistas y de boca en boca.
El alegato del ?enronista? cura, que logró rebautizar la bahía con el nombre de Santa Lucía ¿para que se la privaticen?, es que las bodas se promueven como paquetes turísticos. NO hay tal, pero si así fuera, no se haría más que copiar a Roma que anuncia visita al Vaticano con bendición papal. Las bodas no necesitan promoción. La gente disfruta lo que pueden hacer los acapulqueños en su magnífico escenario oceánico, creado por Dios mismo, no por un constructor más o menos rascuache.
P.S. Esta semana saltaron delfines en la bahía. Las motos de agua, a las que tampoco gobiernan las autoridades, llegaron de varios puntos a ahuyentarlos si no es que a embestirlos, como ya ha sucedido. www.manu-dornbierer.com.mx