DALLAS, TEXAS.- Nadie hubiera considerado a Ray Oyler para tener su propio club de aficionados. No cuando fue uno de los dos jugadores en la historia de las ligas mayores al menos con 1,000 turnos al bat y en batear menos de .180 en su carrera
En seis temporadas limpio de esteroides, Oyler bateó 15 jonrones, lo cual es lo que hizo tan curioso el que bateara uno de estos para los Pilotos de Seattle en 1969 y que, según cálculos, viajó 305¼ pies.
“En cuanto le pegué a la pelota, supe que iba para fuera”, le dijo a sus sonrientes compañeros.
Si se batea como Ray Oyler, es mejor tener algo más de respaldo, y así le sucedió. Su ex compañero de Detroit Dick McAuliffe lo llamó “el mejor parador en corto con quien haya jugado”, y cuando Oyler llegó a Seattle en la selección de expansión, a alguien se le ocurrió que lo único que necesitaba era un poco de aliento.
¿Cómo funcionó su club de aficionados? “Tenían su propia sección en las tribunas. Había miles de ellos”, afirmó Joanne Hennessy de DeSoto.
El beisbol tenía entonces un mejor sentido del humor. Tal vez era más divertido o tal vez es sólo la forma como lo vemos en la actualidad, porque los jugadores y los propietarios le están quitando la vida.
Como sea, siempre le pareció maravilloso a Ray Oyler.
Jugó hasta 1970, luego fue entrenador por un año y se retiró del deporte. Se dedicó de tiempo completo a otro trabajo en un bolerama, donde trabajó hasta 1981, cuando se quejó con el médico de la compañía de que no se sentía bien.
El médico le dijo que había comido demasiado rápido, que se recostara. Oyler lo hizo, se sintió un poco mejor, se levantó y se fue a su casa.
Estaba hablando con su esposa, Joanne, esa noche cuando de repente murió.
Ray Oyler tenía 43 años de edad, dejó esposa y dos hijas. Como viuda, ella recibió la misma pensión que si hubiera tenido 65 años de edad: 800 dólares al mes. Sin embargo, se sintió afortunada de haber aceptado un trabajo un año antes. Aún podía pagar las cuentas.
¿A quién le preocupa eso en el beisbol de la actualidad? Tres años después de que Ray Oyler dejara el beisbol, Marvin Miller se las arregló para obtener derechos de arbitraje a los dueños. Dos años después, Andy Messersmith se convirtió en el primer agente libre del beisbol y se abrió la puerta.
Los jugadores ganaron derechos y aumentos de salarios que debieron de haberse realizado mucho antes, y los dueños de los equipos se han vuelto sus peores enemigos desde entonces.
Ahora los dueños dicen que están determinados a obtener concesiones de los jugadores, los cuales dicen que se irán a la huelga el fin de semana si no pueden llegar a un acuerdo.
No hay duda que los jugadores estaban muy mal pagados entonces. Todos, incluso las estrellas, tenían trabajos para el periodo entre temporadas.
Los contratos llegaban por correo a finales de noviembre o principios de diciembre. Joanne siempre le decía a Ray que no firmara demasiado pronto. Que esperara unas semanas, y tal vez aumentaran unos cuantos miles de dólares.
La mayoría de las veces, lo hacían. Pero Oyler nunca ganó lo que su pensión produce en la actualidad: 40,000 dólares al año.
No es una mala pensión. Pero parece poco importante cuando se compara con los salarios actuales, donde el promedio es de 2.4 millones de dólares y el mínimo de 200,000 dólares.
Y el mínimo subirá a 300,000 dólares. Las pensiones también van a subir, pero sólo para quienes jugaron después de 1970 y duraron al menos 10 años, recibiendo la mayoría 160,000 dólares.
¿Y los jugadores que estuvieron antes? La mayoría de los jugadores no tienen idea de lo que tuvieron que pasar. Lo que es peor, es probable que a la mayoría no le importe.
A Joanne no le importa que olviden a Ray y a los otros, “mientras los aficionados no tengan que pagar más”.
Aún recuerdo lo que los aficionados hicieron una ocasión por su Ray. Pero esto fue hace mucho, cuando un individuo con una marca tan baja de bateo podía tener un club de aficionados.
“¿Siquiera sabe a quién creer en este momento?”, preguntó Joanne, “Yo no lo sé. Todo hace parecer como egoístas a ambos bandos”.