WASHINGTON (Reuters) -- Unas copas de vino no sólo puede impedir el desarrollo de cardiopatía sino que puede ayudar a las personas que ya han sufrido un ataque cardíaco a prevenir un segundo, según investigadores franceses.
Los franceses de mediana edad que han sufrido un ataque cardíaco y beben dos o más vasos de vino regularmente, tienen el 50 por ciento menos de probabilidad, que quienes no beben, de experimentar un segundo ataque cardíaco, dijeron los científicos.
Michel de Lorgeril, de la Universidad Joseph Fourier, en Grenoble, Francia, y sus colegas, estudiaron a 353 hombres, cuyas edades oscilaban entre los 40 y 60 años, que acababan de sufrir ataques cardíacos.
No hubo diferencias significativas en cuanto a la gravedad de los ataques cardíacos, los medicamentos que tomaban para tratar la cardiopatía, o el tipo de alimento ingerido. Las desigualdades principales radicaron en el consumo de vino.
El equipo de De Lorgeril expresó en la revista Circulation, publicada por la American Heart Association, que los hombres tuvieron 104 complicaciones cardiovasculares, como un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, en el año siguiente al estudio.
De estas complicaciones, 36 ocurrieron entre los hombres que no bebían vino, 34 entre los que bebían menos de dos copas de vino al día, 18 entre los que tomaban alrededor de dos copas al día, y 16 entre los hombres que bebían un promedio de cuatro a cinco copas diarias, revelaron los autores.
Los investigadores recalcaron que se necesitan más estudios para definir mejor qué tipo de pacientes se beneficiaría más con el consumo moderado de vino después de un ataque cardíaco.
La American Heart Association recomienda beber de manera moderada y que quienes no beban que no comiencen a hacerlo ahora.