Una de las maravillas del mundo antiguo se está desvaneciendo: me refiero a la Gran Muralla China con su longitud de 10,000 millas que no ha sido lo suficientemente capaz de resistir las fuerzas destructivas de la naturaleza y de la economía pasando por los graffitis.
Como patrimonio de la humanidad resulta hoy por hoy muy difícil de proteger vamos al grado de que se considera su protección como uno de los retos más grandes de nuestro siglo. El turismo en si y toda la parafernalia que le rodea han hecho sus estragos a lo largo de los años.
Los primeros edificadores de éste majestuoso monumento fueron levantando este enorme muro usando ladrillos de adobe hechos de tierra paja, tamarisk, yema de huevo y pasta de arroz, que hoy lamentablemente se va desintegrando y nadie la puede reparar y menos con sus insumos originales. Vamos nadie hoy lo haría con los standares de antaño.
Se han intentado hacer reparaciones parciales hoy utilizando cemento pero escaso decirles como es un material más pesado y denso que acaba por colapsara las partes en donde se aplica.
A últimas fechas a la UNESCO le ha interesado firmar convenios con las autoridades locales para ayudar a proteger a éste enorme museo al aire libre designado de primera intención protección especial a ciertas áreas de tan inmenso monumento, la UNESCO está tratando de convencer a los lugareños y turistas que la muralla no es tan solo una vasta estructura sino un escenario único que requiere toda una administración de conservación.
A final de cuentas, la Muralla China no resultó ser tan solo un orgullo para sus nacionales sino todo un patrimonio de la humanidad de tal suerte que a querer y no a todos nos compete ver por el, se aceptan sugerencias, y no digo más.
Piense asertivamente y acertará.