La Jornada
México, DF.- A un Gobierno como el que tenemos no podemos pedirle que haga cosas a favor del país porque carece de patriotismo, acusó Cuauhtémoc Cárdenas. No obstante, externó la urgencia de dar un viraje a las políticas públicas actualmente instrumentadas para preservar el interés de la nación e inscribirla dentro de un orden internacional de paz y colaboración.
Dentro del mismo contexto, el diplomático de carrera, Agustín Gutiérrez Canet, acusó al canciller Jorge G. Castañeda, de impulsar una política exterior entreguista hacia Estados Unidos, mientras que el decano en derecho internacional de la Facultad de Derecho de la UNAM, Carlos Arellano, censuró los acuerdos internacionales suscritos por México en materia económica por considerarlos lesivos para la soberanía.
Cárdenas insistió, al margen del foro que sobre seguridad nacional organizó la Fundación para la Democracia Alternativa y Debate, en el Palacio de Minería, que el Gobierno federal, encabezado por Vicente Fox, no tiene facultades para recortar los presupuestos aprobados por el Congreso de la Unión y por tanto, “no tiene derecho a quitarle a los estados, recursos que ellos necesitan para atender problemas sociales de desarrollo económico y otros. Por el contrario, debe buscar una mayor inversión, tanto pública como privada para las entidades”.
Pero actuar así, manifestó, está en contra de la política que actualmente practica el Ejecutivo. “Veo un interés contrario al de los gobernadores. Si hacen falta más recursos en los estados, resulta absurdo que les estén recortando sus posibilidades de trabajo. El Gobierno federal está restringiendo la inversión recortando el gasto público y particularmente el social”.
Sin embargo, descartó la posibilidad de que la confrontación entre el Presidente y los mandatarios estatales derive en ingobernabilidad o de que exista un sesgo político con miras a las elecciones del 2003.
El líder moral del perredismo calificó entonces al Gobierno federal de insensible, por “no tomar en cuenta las necesidad sociales que existen en los estados” y posteriormente consideró que la administración federal carece de patriotismo.
Lo anterior, después de comentar sobre los riesgos que implicaría a México apoyar a Estados Unidos, vía la Organización de las Naciones Unidas, a comenzar la guerra contra Iraq: “por una parte una mayor dependencia económica, una mayor cesión de las decisiones que corresponden a la soberanía del país, a los intereses de los grupos político-financieros que gobiernan los Estados Unidos y el embarcarnos en una empresa que es totalmente ajena al sentir y al interés del pueblo de México”.
Hay un mandato constitucional, subrayó, que dicta al país no emprender o apoyar una acción bélica en contra de ninguna otra nación.
Comentarios similares fueron planteados por el diplomático Gutiérrez Canet, quien ubicó a la actual política exterior como “entreguista, porque no está velando por los intereses nacionales. Tiene una disposición de integrarse a los Estados Unidos en el sentido económico y comercial y está haciendo demasiadas concesiones a aquel gobierno para lograr supuestos beneficios, pero hasta ahora no hemos visto alguno de ellos”.