Los que saben de estas cosas de la creación o que simplemente han leído la Biblia, específicamente el libro del Génesis, señalan a la Mesopotamia, situada entre el Tigris y el Éufrates en el Asia occidental, como el lugar en que Dios colocó a Adán y Eva antes del pecado original, llamado el Edén, o sea lo que conocemos como el “Paraíso Terrenal.” Ahí es donde el poderío militar de los Estados Unidos de América hará cera y pabilo de los iraquíes como antes hizo con los afganos. Es la lucha, según el relato de las sagradas escrituras, del gigante Goliat contra el enclenque David. La diferencia es que este último carece de honda y el primero camina por los cielos, fuera del alcance de aquél, sembrando terror y muerte al caer sus mortíferas bombas.
Decir que los Estados Unidos llevan adelante una operación militar es falso. Si decimos que George W. Bush ha decidido incursionar en esas latitudes tomando a sangre y fuego a Bagdad, estaremos en lo correcto. La frase “los que no me apoyen son mis enemigos” parece que le está funcionado. Nadie se atreve a refutar sus argumentos en los que sustenta el criterio de que Iraq es una amenaza para la humanidad. La impresión que tiene el mundo es que un pequeño pero poderoso grupo de personas, tienen en un puño a la opinión pública de la Unión Americana, desde que aviones secuestrados por árabes derribaron las “Torres Gemelas” del centro de comercio mundial en la ciudad de Nueva York poniendo el miedo en el corazón de cada habitante de ese país.
Nadie ignora la arrogancia que está mostrando el gobierno de Bush, tanto al negarse a participar en las medidas tomadas para evitar el calentamiento del globo terráqueo, vetando el Protocolo de Kyoto, como al rehusarse a someter a sus ciudadanos a la justicia de una corte penal internacional. Esos humos que se da el señor Bush son quizá porque nadie,- en sus cinco sentidos,- se atreve a oponerse a los designios del imperio más poderoso de todos los tiempos. Decir que los Estados Unidos están gobernando al mundo no es novedad. Es por eso que usted lo ve hacer y deshacer a su antojo. -Sin embargo no se debe perder de vista que China y Rusia están ahí, haciendo como que el asunto no les va ni les viene. Son dos colosos que al parecer le están dando tiempo al tiempo. Ni tantito así les gusta lo que está haciendo Bush para apoderarse de los ricos yacimientos de petróleo que hay en el área, contentándose por ahora con mirar cómo el grandote del salón tunde a palos a los más chiquillos y se queda con el trompo y la resortera.-
La Organización de las Naciones Unidas hace lo que puede, que es poco. Cuando menos ha puesto a dudar a George W. Bush que ha querido usarla como un escudo para justificar que Saddam Hussein es un villano, al estilo de las películas mudas, cuya torva mirada no deja lugar a dudas de que el personaje es un canalla capaz de las peores maldades, lo que tendría un toque de comicidad si no fuera porque niños, ancianos y señoras pueden ser el blanco de los proyectiles que disparen las fuerzas demoledoras del “Tío Sam”. Los que están echando sus barbas a remojar son los iraníes y los norcoreanos, que siguen en la lista de Bush en la que los tiene apuntados, junto a Iraq, como los países que forman el eje del mal. Teniendo como fondo musical la obertura “Caballería Ligera de F. von Supe, montado en su brioso caballo blanco, (el cuaco era “Plata”, ahora se le dice el “Dólar”), el “Llanero Solitario”, acompañado únicamente por su inseparable compañero “Toro” (que aquí no es indio sino inglés), toma las riendas lanzándose al ataque. Dios tenga piedad del mundo.