Una hernia es una proyección saliente de tejido de los intestinos o de otro órgano a través de la pared muscular que ordinariamente lo contiene. Las hernias son causadas por cargar cosas pesadas o por otras actividades que ponen estrés a los músculos abdominales, aunque algunas hernias son congénitas.
La hernia inguinal es una de las más frecuentes. Es una proyección de tejido de la vejiga, el intestino grueso, el intestino delgado o los ovarios, a través de los músculos de la ingle. Cientos de miles de hernias inguinales son reparadas cada año. Los niños tienen más posibilidades que las niñas de nacer con este tipo de hernias.
La debilidad en el ombligo hace que muchas veces la grasa se proyecta hacia fuera. Esto es especialmente frecuente entre las mujeres, ya que el embarazo y el parto estiran el ombligo. Los recién nacidos tienen hernias umbilicales cuando el ombligo no se cierra completamente al nacer.
La hernia femoral es la proyección del intestino a través de la parte más elevada del muslo.
El primer signo de una hernia es típicamente un bulto en el abdomen o la parte superior del muslo. En muchos casos, el bulto desaparece cuando la persona se recuesta, ya que el tejido que se proyecta vuelve a su lugar. Algunas hernias son dolorosas; otras no lo son.
El tratamiento preferido en la actualidad es la corrección quirúrgica. Los rayos láser no son efectivos para la corrección, por lo que cualquier reclamo de algún médico en este sentido debe ser tomado como mera charlatanería.