El cáncer de la próstata es común y con frecuencia es una malignidad de lento crecimiento, que puede permanecer silenciosa y sin detectar en muchos hombres por años. En este estado es esencialmente inocua. Sin embargo, en algunos hombres, quizás la minoría, este cáncer indolente se disemina con rapidez hacia una etapa avanzada. Una dieta alta en grasas –especialmente cuando viene de carnes rojas- puede hacer la diferencia, dice un artículo aparecido en el “Journal of the National Cancer Institute”. En un estudio de más de 50,000 hombres, el consumo total de grasas fue directamente proporcional al riesgo de desarrollar el cáncer de próstata avanzado. Entre los hombres que desarrollaron cáncer de próstata, los que ingirieron más carne roja, tenían tres veces más posibilidades de pasar pronto a las etapas avanzadas. Ya tenemos suficiente evidencia al menos para limitar el consumo de grasas, sobre todo animales. No hay ningún pretexto, fuera de la ignorancia personal, para persistir en los malos hábitos que incluyen tantas grasas.